El Celta era uno de los rivales más duros que le quedaban al Barcelona en el campeonato y así lo demostró sobre el terreno de juego. De hecho los culés solo pudieron anotar el tanto de la victoria a falta de un cuarto de hora y gracias a una jugada a balón parado que sirvió Xavi. Eso sí, antes el árbitro había escamoteado a los gallegos un penalti clarísimo de Claudio Bravo sobre Nolito en la primera parte.
Durante la primera parte el Celta fue mejor y generó más peligro, mientras el Barcelona se limitaba a aguantar el resultado. En esas el árbitro le echó una mano al perdonar un penalti clarísimo de Bravo sobre Nolito. Más tarde el Barcelona protestó un gol anulado a Neymar, que arrancó en un más que posible fuera de juego.
Ya en la recta final de la segunda parte el Barcelona recurrió al balón parado para llevarse los tres puntos. Xavi sirvió el balón Mathieu remató para hacer el 0-1 que hundió la moral de los vigueses. De hecho, el Celta apenas tuvo opción de generar peligro mientras los jugadores culés se recreaban perdiendo tiempo y picando a los de celeste, como el caso de Orellana, que fue expulsado por lanzar una brizna de césped a Busquets a la cara.
De esta forma, el Barcelona se lleva tres puntos inmerecidos para mantener la ventaja, de cuatro puntos, sobre el Real Madrid. Una jornada más los blancos tendrán que esperar a que los azulgranas pinchen, aunque visto lo visto, parece que, entre los que imparten justicia sobre el terreno de juego y que los culés recurren al balón parado y a las contras, no lo van a permitir.
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