Porque pese a que Alves intenta vendernos su amor al Barcelona, cabría no olvidar que durante meses ha ‘coqueteado’ con el Milan, se ha dejado querer por el Manchester City, e incluso, llegó a firmar un precontrato con el PSG. De hecho, Alves deberá indemnizar al club francés para romper el vínculo que comenzaba el próximo 1 de julio.
Al Barcelona no le ha quedado más remedio que ‘tragar’ con las exigencias de Alves; los culés no pueden inscribir jugadores hasta el 1 de enero de 2016. Luis Enrique consideraba que jugársela con Montoya durante los cuatro primeros de temporada podría ser letal en la suerte liguera. Había que mantener a Alves fuera como fuera.
Y el brasileño encantado; haciendo creer al barcelonismo su amor por los colores azulgranas, pero a su vez, negociando por detrás con otros clubes. La salida le ha salido redonda. Le ha sacado las ‘ñanaras’ al Barça y, para colmo, ha quedado como un héroe ante la afición. Quizás, en unos meses, a Alves se le verá el ‘plumero’.
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