Casi 90.000 culés se acercaron al Camp Nou en busca de la ‘remuntada' que anunciaron los medios oficiales del Barcelona para conseguir dar la vuelta al 4-0 que el Athletic logró en la ida. Sin embargo, los de Valverde se lucieron con un juego defensivo casi perfecto que dejó a los de Luis Enrique con las ganas de conseguir el sextete, ese que parecían ya tener en sus vitrinas dando por muertos a los leones.
Una y otra vez el Barcelona se estrellaba con la defensa de un Athletic que supo cerrar los huecos a los culés. Solo en el minuto 44 Messi consiguió encontrar un hueco para hacer el 1-0 antes del descanso. Pero el espectáculo de verdad comenzó en la segunda parte, cuando Piqué se puso como un loco a insultar al asistente y acabó expulsado. La salida del campo del central ayudó al Barça, que se vino arriba, algo que aprovechó Aduriz para empatar el partido y sentenciar el título.
Aún hubo tiempo para que el árbitro Velasco Carballo se inventase una roja para Kike Sola que dejó a los dos equipos con diez hombres sobre el campo. El Barcelona se queda con las ganas de firmar el sextete del que tanto presumían, otro ejemplo de humildad. Al final el Athletic fue mejor, tanto en la ida con un baño en ataque, como en la vuelta con un recital defensivo. Los leones son súpercampeones.
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