El equipo catalán tenía en Valencia se segunda prueba de fuego de lo que llevamos de temporada. Ninguna de ellas las ha superado. Es más, en ambas se quedó con su casillero de goles a cero. Ni en Milán ante el Inter, ni en Mestalla ante el Valencia, el Barcelona fue capaz de marcar. El súper equipo ofensivo de antaño hace aguas esta temporada.
A pesar de que los habituales vendeburras quieren hacer ver que este Barcelona es el mejor del mundo, lo cierto es que no es ni la sombra de lo que era. Messi empieza a demostrar en Argentina, y corroborar en Barcelona, que sus mejores tiempos parecen lejanos. Henry pasa más tiempo en las manos de los fisioterapeutas que en las de los defensores contrarios, y todo el 'miedo' ofensivo recae en estrellas mundiales como Pedrito, Bojan o Jeffren.
La plantilla que han confeccionado Laporta y Guardiola hace aguas por todas partes. Y eso que las lesiones no han entrado aún por la puerta del Campo Nuevo, cosa que sí ha sucedido en el Bernabéu, y no ha pasado nada ¿Alguien se imagina a un Barcelona sin Xavi o Iniesta? En Cataluña lo hacen y ya se llevan las manos a la cabeza. Tal vez el intocable Guardiola haya cometido el mayor pecado del mundo, pecar de prepotente y hacer una plantilla tan corta en jugadores como en juego y, tal vez, en puntos a final de año.
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