El Valencia a la deriva con más de 500 kilos de deuda

Polémica por lo que cobra el presidente





Llorente aludió a que todas las previsiones realizadas en la entidad pasaban por contemplar como real la venta de las parcelas de Mestalla y otro tipo de ingresos, pero estas operaciones, que se daban por hechas, nunca se llegaron a concretar.
Así lo señaló en la junta de accionistas en la que se reprobó la gestión del consejo de administración que en la pasada campaña presidió Vicente Soriano y se aprobó el de la presente y en el que se confirmó que la deuda de la entidad supera los quinientos millones de euros.

Aunque reconoció que Vicente Soriano creó en la pasada campaña unas expectativas no concretadas, Llorente, que preside la entidad desde el pasado 7 de junio, opina que los problemas se remontan a la etapa presidencial de Juan Soler, que dirigió el club entre 2004 y 2008. "Nuestro objetivo ahora es sanear el club, ser realistas y, sobre todo, no volver a perder dinero", señaló Llorente, quien añadió que la posibilidad de realizar ventas no se reduce a los jugadores. "Nuestra obligación es no perder dinero porque no podemos pedir créditos para financiar pérdidas. Además, para lograr la excelencia es necesario conseguir el mayor rendimiento de los futbolistas", dijo.

En este sentido insistió en que la excelencia combina el rendimiento económico con el rendimiento deportivo, en alusión a que hay que buscar, en el caso de cada futbolista, la mejor manera para que éste beneficie al club y que en ocasiones el camino era el deportivo y en ocasiones el económico. Sobre la recuperación económica a partir de la construcción del estadio, Llorente dijo que "lo que ocurre es que en estos momentos no hay campo aunque se han facturado 155 millones de euros y hay que pagar todavía cincuenta de lo realizado hasta el momento".

Un nuevo estadio 'para nunca'

También señaló que se había planificado un estadio por un coste de 360 millones de pesetas, cantidad "que el club no puede asumir" y aunque añadió que "el objetivo es que el fútbol llegue lo antes posible al nuevo campo", también agregó que sin plan de financiación no volverán las obras. "El objetivo es elevar a cota cero el campo y obtener una fuente de financiación con la negociación del aplazamiento de pagos", prosiguió Llorente. "Con el campo no hay marcha atrás y cuando empecemos a jugar allí, será más fácil vender el actual Mestalla", prosiguió el presidente del Valencia.

Ante la posibilidad de que el club se viera obligado a entrar en un concurso de acreedores dijo que tratarán de resolver los problemas por otros medios y agotarán todas las opciones, "porque no se puede olvidar que el Valencia es el tercer club del fútbol español".

Tras las críticas recibidas por la forma en la que llegó a la presidencia de la entidad y al salario que percibe, indicó que en el Valencia fue impuesto por Bancaja, la entidad con cuyo préstamo se ha podido completar la ampliación de capital social del club. "A nosotros nos puso al frente del club la junta de accionistas del pasado 7 de junio y mi salario, el mismo que percibía al frente del Pamesa, lo aprobó el consejo de administración al día siguiente", agregó. "Eso ahora no es lo importante, Lo importante es cómo acabar el campo, cómo negociar la deuda, cómo contar con buenos jugadores y sin la ampliación de capital el club estaría en quiebra, disuelto o en Segunda División B", indicó