Chygrynskiy, un fichaje lleno de sombras

Conoce los entresijos más escabrosos de esta operación





Pep Guardiola estaba deseoso de fichar a un central. La edad de Márquez, más la eterna lesión de Milito y la poca confianza que tiene en Puyol hicieron creer al ténico culé que, efectivamente, era imprescindible el fichaje de un central para afrontar con garantías la temporada. Y el defensa elegido, para sorpresa de todos, incluída la propia directiva, fue Chygrynskiy, un nombre que causaba extrañeza y cachondeo a partes iguales debido a lo poco conocido que era y a lo impronunciable de su nombre.

Transcurría el mes de agosto y su fichaje no acaba de concretarse. Y es que, además de las altas pretensiones económicas de su club de origen, el Shakhtar Donetsk, se sumaba el hecho de el Barcelona tenía que enfrentarse a este equipo ucraniano en la Supercopa de Europa. Viendo que la operación se enquistaba, Lapuerta se fue, de la mano de Begiristain,a Ucrania para negociar personalmente el fichaje.

Total, que en tiempos de una crisis acuciante que desgraciadamente está dejando en el paro a millones de españoles, el presidente del Barcelona y el secretario técnico no tuvieron mejor idea que encargar un viaje privado a Kiev en clase business. Un vuelo en el que, por supuesto, no les faltó de nada, y que costó, según ha podido saber DC, la friolera de ¡150.000 euros!.

La pregunta que ahora surje es de donde salió ese dinero. ¿Lo pagaron de su bolsillo Lapuerta yTxiki? Nos extraña. Así que, mucho nos tememos que esos 25 millones de las antiguas pesetas se sacaron directamente de las arcas del club. Es decir, que las comilonas en el avión y en su estancia en Ucrania fueron sufragadas por dinero proveniente de los socios del Barcelona.


Dejando aparte lo acertado o no del fichaje de Chygrynskiy (que ha sido un desastre, por cierto), llama la atención que alguien que pretende ser candidato a la Generalitat de Cataluña en las próximas elecciones de esa Comunidad Autónoma pueda ganarse la confianza de los ciudadanos sabiendo que, en su etapa como presidente del Barcelona, utilizó dinero proveniente de los socios de esa entidad para usarlos en beneficio propio, en este caso pagarse un viaje de lujo a Ucrania. Pregúntense ustedes qué sería capaz de hacer este hombre si tuviera acceso a los impuestos de todos los ciudadanos de Cataluña. En definitiva, un escándalo en toda regla que vuelve a dejar en evidencia a un Lapuerta que ha perdido credibilidad no sólo como presidente de un club de fútbol, sino también como futuro político.