El fútbol le repele y le salva la potra

Los catalanes volvieron a jugar penosamente mal y aburrieron a las ovejas. Un gol de Ibra sobre la línea justificó sus 80 millones de traspaso. Alves volvió a tirar de juego antideportivo.





Hablando de Guardiola decir que, simplemente, menospreció al Mallorca. Tuvo suerte, finalmente, porque ganó. Pepe dejó a Xavi y a Messi en el banquillo y se cepilló a Henry, al que mandó a la grada. El conjunto bermellón, por su parte, disputó unos muy buenos primeros minutos en los que tuvo un tiro al palo tras un disparo de Aduriz. Fue su mejor oportunidad y, a la postre, la que marcó el resultado del partido.

FICHA TÉCNICA:

Mallorca 1: Aouate; Mattioni, Nunes, Ramis, Ayoze; Borja Valero, Mario Suárez (Keita, min. 76), Martí, Castro (Webó, min. 90); Víctor Casadesús (Julio Alvarez, min. 58) y Aduriz.

FC Barcelona 0: Valdés; Alves, Puyol, Milito, Maxwell; Keita, Touré Yayá (Xavi, min. 61), Iniesta (Messi, min. 50); Pedro, Ibrahimovic y Jeffren (Dos Santos, min. 75).Goles: 0-1, min 63: Ibrahimovic recoge un rebote en el área pequeña y marca.

Arbitro: Fernández Borbalán (comité andaluz). Amonestó a Milito, Ramis, Mario Suárez, Aduriz, Castro, Keita y Dani Alves.


Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima octava jornada de la Liga BBVA disputado en el Ono Estadi ante unos 19.600 espectadores, la mejor entrada de la temporada. Mallorca y Barça saltaron al terreno de juego acompañados por niños que portaron el lema de la campaña solidaria que ha puesto en marcha la Fundació Reial Mallorca: "Haití no te olvidamos". Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ex presidente del Mallorca, José Barona.

El Barcelona no se enteraba de nada, mientras que el Mallorca trataba de hacer buena su mínima capacidad de sorpresa. Si a eso se une que la suerte volvía a vestirse de azulgrana una semana más, el partido estaba visto para sentencia. Y es que poco antes de llegar al descanso fue Borja Valero el que se encontró, nuevamente, con el poste de la portería de Valdés. El Mallorca lo merecía, pero los postes habían frenado su evolución. Y eso lo acabaría pagando ante un equipo con un uniforme amarillo chillón. Feo a más no poder, todo hay que decirlo.

Con el Mallorca desinflado como un globo de los chinos, todo era cuestión de tiempo para que muriera. Lo hizo, además, de la forma más cruel posible. Realmente de la única de la que el Barcelona parecía capaz de marcar. Tras un rechace y bajo la línea. 80 millones de euros después, Ibrahimovic demostró que le contrataron para hacer goles de esta factura. De los que tienen su aquel, que diría el bueno de Juan Lapuerta.

Los locales lo intentaron pero se lengua pedía respiro. El Barcelona no estaba tampoco para muchos trotes, con lo cual encontramos la respuesta al final del partido en aquello de en el país de los ciegos el tuerto es el Rey. Así acabó el Barcelona, colgado de su larguero y defendiendo como un equipo pequeño. La celebración final como si de la victoria en la Copa de Europa se tratara, sobró. Y es que ser segundones toda la vida es lo que tiene. Mejor que sueñen. El derbi madrileño les devolverá a su lugar habitual: ver el culo del Madrid.