“Que pregunten en la meseta central por la labor de los árbitros”, fue la lindeza que soltó el santo de Pepe cuando se le cuestionó por el arbitraje de Muñiz Fernández ante el Xerez. Con chulería soltó lo que verdaderamente piensa. Adiós careta y adiós falsedad. Ese es el auténtico Guardiola. Una persona arisca y maleducada que, cuando las cosas le van bien, utiliza el tono sosegado. Si le van mal, puede insultar, agredir verbalmente o quejarse hasta decir basta. El verdadero Guardiola ha llegado al planeta fútbol, por más que algunos interesados no dejen de ver en el entrenador del Barcelona, al modelo de persona ideal.
Falsedades aparte hay que reconocer que la careta de Guardiola se ha desprendido por culpa del Real Madrid. La presión merengue es tan brutal jornada a jornada que Pepe no ha podido aguantarla y ha estallado. Ha perdido la poca credibilidad que atesoraba y todo ello viene dado porque, en el fondo, también teme perder la Liga y la Champions ¿Podría superar el gentleman culé semejante fracaso? Preparen sus oídos el miércoles si pierde en Champions: quejas, lloriqueos, desidia, prepotencia…todo en uno, todo en Pepe Guardiola.
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