Los anfitriones no quieren ser una comparsa

Sudáfrica quiere ser la selección que impulse al continente africano





El combinado sudafricano es la esperanza de todo un país de cara al verano, y aunque emular lo que consiguió la de rugby en 1995 parece imposible, el competir y clasificarse para la segunda ronda, algo que nunca ha conseguido, es casi una 'obligación'.

De hecho, ningún anfitrión se ha quedado sin superar la primera fase de una Copa del Mundo, e incluso otras modestas del panorama internacional como los Estados Unidos, por entonces casi desconocida en 1994, y Japón y Corea del Sur, en 2002, lo hicieron.

Sin embargo, la empresa no parece nada sencilla. Encuadrados con la experta Francia, pese a que no esté en su mejor momento, y las competitivas y rocosas Uruguay y México, los 'Bafana Bafana' tendrán complicado meterse en la ronda de cruces y muchas de sus opciones van a pasar por el partido inaugural ante los de Javier Aguirre.

A favor de Sudáfrica está el hecho de que llevan preparando 'su' Mundial desde hace mucho tiempo. Seis años han tenido para afinar su puesta a punto con algún punto negro como la no clasificación para Alemania 2006, lo que les deja como único bagaje las experiencias de Francia'98 y Corea y Japón 2002 con un balance de una victoria (ante Eslovenia en 2002), tres empates (ante Paraguay en 2002 y ante Dinamarca y Arabia Saudí en 1998) y dos derrotas (ante España en 2002 y ante Francia en 1998).


Su última gran aparición internacional fue en la pasada Copa de las Confederaciones, donde alcanzaron las semifinales, aunque sin mostrar demasiados progresos al perder con España, y empatar ante Irak y la modestísima Nueva Zelanda. En la penúltima ronda, plantaron batalla a Brasil, que le apeó de la final con un tanto de falta de Dani Alves en el minuto 88, mientras que en el tercer y cuarto puesto crearon problemas a la campeona de Europa.

Y es que el fútbol sudafricano, que tampoco estuvo representado en la pasada Copa de África, no ha logrado tener la evolución de otras zonas del continente como Costa de Marfil o Ghana, las principales esperanzas para que la Copa del Mundo tenga color africano.

La ausencia de grandes figuras en el extranjero sigue siendo el principal freno de un combinado al que le falta todavía calidad para plantar cara a los verdaderos 'grandes' sobre todo en la parte delantera, donde Bernard Parker y el veterano Benni McCarthy llevan toda la responsabilidad.

Piennar es el líder del equipo

Además, en el centro del campo, tampoco existen demasiados hombres de talento, más aún ante la baja del joven Andile Jali (Orlando Pirates), al que se le han detectado anomalías cardiacas que le han dejado sin Mundial. Atrás, Matthew Booth, jugador de raza blanca del equipo, y Aaron Mokoena, del Portsmouth, imponen su fortaleza.

Todo ello deja como hombre más importante de los 'Bafana Bafana' a Steven Pienaar, que puede jugar tanto de mediapunta como pegado a la banda y que tiene el aval de haber salido del vivero que es la cantera del Ajax de Amsterdam holandés. Ahí encontró este centrocampista el gusto por el fútbol de toque y rápido con el que se ha logrado adaptar a la 'Premier League' en las filas del Everton, club al que pertenece desde 2007 después de curtirse igualmente en la Bundesliga alemana con el Dortmund.

Para el jugador de Johannesburgo, en su madurez futbolística (28 años), la cita de Sudáfrica será prácticamente la primera, después de no haber jugado ni un minuto en Corea y Japón 2002, cuando pesó en su contra su juventud.

Parreira ya ganó el Mundial de 1994

Muchas de las esperanzas para que Sudáfrica sea una selección competitiva en 'su' Mundial pasan por la dirección desde el banquillo del veterano técnico brasileño Carlos Alberto Parreira, campeón del mundo con Brasil en 1994.

Parreira, conocido porque en aquella cita hizo jugar a la 'canarinha' con un trivote formado por Dunga, Mauro Silva y Mazinho y por no hacer debutar a Ronaldo, afronta su sexta experiencia mundialista como primer técnico (fue preparador físico de la pentacampeona mundial en México'70) y con cinco países diferentes (Kuwait en 1982, Emiratos Árabes Unidos en 1990, Brasil 1994 y 2006, Arabia Saudí en 1998 y ahora los 'Bafana Bafana'), lo que le permite igualar a Bora Milutinovic.

El veterano entrenador, de 67 años, empezó a trabajar de cara al Mundial en 2006, pero tuvo que abandonar su puesto año y medio después por los problemas de salud de su mujer. Sustituido por su compatriota Joel Santana, retornó al banquillo sudafricano cuando su propia recomendación para sustituirle fue cesado por el pobre juego del equipo. Con fuerzas renovadas, Parreira ve mejoría en el juego sudafricano: "Mi estómago me dice que nos va a ir bien. Tengo una sensación muy positiva. Cada vez que los veo entrenar, se ven mejor y mejor".