Adiós a siete años de escándalos y tropelías

Laporta deja hoy oficialmente (u oficiosamente) el FC.Barcelona como uno de los presidentes más polémicos de la historia del país


Hasta en calzoncillos se ha quedado Laporta




Y no porque hayan fichado gigantes, funambulistas, enanos, o mujeres barbudas, sino porque el constante afán de protagonismo de Joan Laporta ha terminado por dejar al FC.Barcelona a la altura del betún a pesar de ser uno de los clubes más prestigiosos del Viejo Continente y uno de los más laureados en los últimos años. Sin embargo, nada tienen que ver las churras con las merinas, y lejos del césped, cada actuación del presidente barcelonista en estos siete años de manadato ha sido más y más extravagante, por no decir vergonzante y deleznable en algunos casos incluso.

Y es que el hombre que llegó con la vitola de 'legal' frente a las tropelías que decía que cometían Núñez y Gaspart, al final ha terminado por convertirse en uno de los personajes más polémicos del fútbol español de todos los tiempos. Guiños graciosos como el 'al loro que no estamos tan mal' o el 'estoy tritranquilo' se tornaban la mayoría de las veces en declaraciones sin ninguna gracia, sobre todo para el madridismo, al que ha demostrado tener una animadversión casi enfermiza. Ahí quedarán ya por siempre lo de la 'caverna mediática españolista', la 'actitud imperialista' del Madrid en el mercado, el 'me gusta más la camiseta del 2-6 que la de Mourinho' e infinidad de cosas más.

Algo más lejos llegó en otras muchas ocasiones, siendo incluso avergonzante para el barcelonismo y para el fútbol español. Como por ejemplo cuando se quedó en calzoncillos en el aeropuerto de El Prat, o cuando apareció en estado más que ebrio en el famoso Luz de Gas después de ganar al Madrid. Pero sus escándalos han llegado aún a más incluso. No en vano, la inmensa mayoría de sus directivos se dieron a la fuga a mitad de legislatura, tuvo un affaire con su secretaria que terminó con ésta en los platós de televisión, dio un 'pelotazo' inmobiliario de considerables dimensiones con los terrenos de Les Corts, Ronaldinho y Deco se mofaron de todo el barcelonismo al no entrenarse durante casi un año entero bajo su protección, la pelea pública con el presidente de Extremadura, las continuas proclamas independentistas y políticas bajo el amparo y la proyección mediática del club blaugrana, ectétera, etcétera, etcétera.

 


Y por último, siempre quedará en el recuerdo la gran actuación de su mandato: la prostitución de la Federación Española de Fútbol. Y es que tal y como en sus primeras elecciones al anunciar a bombo y platillo que tenía fichado a Beckham aunque no fuera cierto, cambió el sentido de unos comicios que le dieron auténtica vida. Esta vez fueron los de la Federación, cuando consiguió con su voto y el apoyo de otros clubes catalanes que Ángel María Villar (a la postre el que designa árbitros y maneja casi todos los comités del fútbol español) fuera reelegido como presidente. Con esta actuación se ganó el cariño de Villar y, de paso, el favor de todos los árbitros que han pitado algún partido del Barcelona en estos últimos años. Se le echará de menos sin duda. A él y a todas sus fechorías y polémicas.