Un desmadre absoluto

El vestuario de la selección francesa, en pie de guerra tras la expulsión de Anelka


Domenech charlando con Evra




"Los jugadores no se quieren entrenar aquí, es una vergüenza. En estas circunstancias, he decidido regresar a París y dimitir", afirmó Valentin en declaraciones al diario galo 'L'Equipe', tras confirmarse la decisión de los jugadores de suspender la sesión prevista para esta tarde. El último episodio en el que se vio envuelto el equipo galo se produjo en el entrenamiento matinal del equipo, donde el capitán, Evra, tuvo un altercado con el preparador físico del equipo. El jugador y el técnico se encararon al principio de la sesión y Duverne tuvo que ser calmado por el resto del equipo técnico tras lanzar su silbato al suelo.

Los 'bleus' se entrenaron a puerta abierta delante de cerca de 200 personas y estuvieron firmando autógrafos después de las críticas recibidas por parte de la prensa, que condenó su actitud con los aficionados. Sin embargo, el enfrentamiento de Evra con el preparador físico llevó a la decisión de cancelar la sesión prevista para esta tarde, después de una reunión de 20 minutos con Raymond Domenech, en la que se taparon todas las ventanas con cortinas para impedir cualquier filtración a la prensa.

El propio Evra confirmó en un carta leída ante los periodistas que fueron los propios futbolistas los que decidieron no ejercitarse tras la polémica con Anelka. En ella, todos los jugadores mostraron su desaprobación con la decisión de la Federación de expulsar al delantero sin consultar y mostraron su solidaridad, al tiempo que decidieron boicotear el entrenamiento vespertino.