No hubo milagro

Los marfileños firmaron unos buenos primeros 45 minutos, liderados por Drogba, pero en la segunda, sin recibir tampoco la noticia de la necesaria derrota de Portugal ante Brasil, no fueron capaces de encontrar la apabullante y milagrosa goleada que necesitaban para albergar alguna esperanza. Los 'Elefantes' marcaron dos tantos en 20 minutos, pero luego tardaron una hora en volver a hacer un gol.

Los asiáticos, por su parte, demostraron estar lejos del mejor nivel competitivo en estos torneos. La imagen ofrecida ante la pentacampeona del mundo se oscureció con el 7-0 ante los 'tugas', y esta tarde no quisieron arriesgarse a otro resultado sonrojante. Sabedor de que para conseguir el milagro le hacía falta un gran número de goles, Sven-Goran Eriksson alineó un once ofensivo, con tres delanteros y poniendo a Keita y Gervinho junto a Drogba. Por su parte, en Corea del Norte, pese a la goleada encajada ante Portugal, no hubo 'víctimas', y el seleccionador Kim Jong-hun sólo realizó un cambio respecto al lunes.

LOS AFRICANOS CREÍAN EN EL IMPOSIBLE

Los marfileños salieron decididos a lograr los tantos cuanto antes y pronto encerró a su débil rival, cuyo orden, con el que había conseguido aguantar a Brasil en el debut, se resquebrajó pronto, aunque evitó el aluvión de goles. Drogba sacó provecho de la defensa rival y fue continuamente una pesadilla para la defensa asiática, inocente e incapaz de frenar al delantero del Chelsea, al que sólo le faltó el gol en los primeros 45 minutos. Las ocasiones siempre fueron africanas, pero los 'Elefantes' sólo obtuvieron una corta recompensa de dos goles, ambos de dos centrocampistas de la Liga BBVA, el todavía azulgrana Yaya Touré y el sevillista Romaric, éste tras una gran jugada de Drogba, cuyo disparo repelió el travesaño.

Por parte de Corea del Norte no hubo demasiadas noticias en forma de ocasiones, salvo el lanzamiento de falta de su capitán Hong Yong-jo, que estuvo a punto de alterar la tranquila tarde que vivió Boubacar Barry. Jong Tae-se, un día más, fue un islote al que no le llegaron balones.

UNA SEGUNDA PARTE SIN HISTORIA

Tras el descanso, y como no había buenas noticias del Brasil-Portugal, Costa de Marfil pareció salir con algo menos de fuelle e ilusión, por lo que las llegadas, pese al dominio, fueron mucho menores. Los norcoreanos se intentaban estirar y lograban tener algo más el balón, aunque la portería rival les seguía quedando lejos. Eriksson trató que los cambios de Salomon Kalou y Aruna Dindane tuviesen un efecto renovador en el juego de su equipo, incapaz de asustar como en el primer tiempo a Ri Myong-guk ni de encontrar ni siquiera la potencia de Drogba. Tampoco ayudó que su rival tuviese demasiados deseos de intentar poner emoción al choque con un planteamiento defensivo.

Sin embargo, Jong Tae-se tuvo una clara ocasión para poner algo de emoción a los minutos finales, pero no estuvo acertado, y poco después, Kalou cerró la amarga victoria de la que era considerada la mejor baza africana para el Mundial y que, como hace cuatro años, su mala suerte en el sorteo, con el añadido de no cumplir con la progresión que se le presupone, dice adiós en la primera ronda.