España instaura la dictadura del buen fútbol en el mundo

Iniesta le da a España su primera Copa del Mundo gracias a un gol en el minuto 115 y tras un partido superlativo. Holanda, desesperante con mucho juego sucio que el árbitro permitió. Casillas salvó a La Roja en un mano a mano con Robben





Por fin llegó el día soñado por todos, el día en el que la selección española de fútbol podía pasar a la eternidad, el día en que España jugaba nada menos que la final de un Mundial. Algunos llevaban esperando sólo unos días desde la semifinal, otros cuatro años desde el último Mundial, y la gran mayoría, toda una vida para ver este partido. Y lo cierto es que el principio no decepcionó. Y no sólo por escuchar el himno español y ver a los jugadores de nuestra selección formando junto a la Copa del Mundo, sino porque el encuentro comenzó con el campo completamente inclinado hacia la portería holandesa. Y es que en los primeros once minutos, los de Del Bosque se acercaron hasta en tres ocasiones a la meta de Stekelenburg. La más clara, un cabezazo de Ramos a saque de falta lateral de Xavi, pero el guardameta neerlandés despejó el potente testarazo.

Holanda sacó a España del partido en la primera mitad a base de faltas y con el consentimiento del árbitro

Holanda salió al césped del Soccer City al más puro estilo ‘Alemania’. No la Alemania de todo el Mundial, sino la selección que estuvo ante España: temerosa, metida atrás, sin presionar, dejando huecos libres. Lo que evidentemente aprovechó La Roja (hoy de azul). Sin embargo, poco a poco los de Van Marwijk fueron quitándose los complejos de encima. Y lo hicieron a base de patadas con el consentimiento del árbitro Howard Webb. Rondando el minuto quince de partido, el inglés se vio forzado a empezar a amonestar jugadores ante la creciente violencia. Pero lo hizo con un criterio desigual para españoles y holandeses. Así, Puyol y Sergio Ramos vieron sendas amarillas por dos patadas sin malicia ni peligro para la integridad del rival. Y mientras tanto, sólo tres jugadores de naranja vieron la amonestación, cuando bien podían haber sido más, y cuando alguno bien podía haber sido expulsado. Como por ejemplo Van Bommel en el minuto veinte después de zancadillear a Capdevila, o el otro mediocentro –De Jong- después de propinar una patada de kárate a Xabi Alonso en un balón dividido en el minuto veintisiete. La foto no deja lugar a dudas, y sin embargo la escuadra noreuropea siguió con once jugadores sobre el campo cuando la justicia deportiva decía lo contrario.

Por si fuera poco, Sneijder al borde del descanso todavía pudo lesionar esta vez a Busquets. Webb volvió a hacerse el sueco y dejó sin amarilla al 10 ‘oranje’. Era una más de las innumerables faltas que cometían los neerlandeses a cada balón suelto, y que poco a poco iba minando la moral de los españoles y les iba sacando del partido. Era como un partido entre veteranos y noveles sin árbitro. De esos feos en el que los mayores (que son menos técnicos) se limitaban a dejar su portería a cero a base de abusar siempre de los pequeños (las figuras) con faltas sin sancionar. Porque de fútbol hasta la llegada del ecuador, nada de nada. Van Bommel erró dentro del área al saque de un córner cuando estaba solo, y Robben obligó a Casillas a estirarse en uno de esos latigazos que se saca el extremo zurdo desde la esquina del área. Y por parte de España, poco más también. Le costaba mucho llegar al área de Stekelenburg con el balón controlado con tanto choque y tanta patada, y apenas se vieron sendos disparos lejanos de Xabi y Villa desde fuera del área antes de pasar por los vestuarios.


Casillas salvó a España en un mano a mano clamoroso frente a Robben

No se sabe bien si Blatter, Mandela, o quién, pero alguien debía de haber bajado a los vestuarios a decirle a Holanda que ese fútbol demostrado no era digno de una final de un Mundial y de unas selecciones que atesoraban tantísima calidad en sus jugadores. Porque aunque parecía que en los primeros minutos había algo más de juego, en seguida los holandeses volvieron por sus fueros: intentando sacar de quicio a los españoles a base de juego subterráneo, por no decir literalmente sucio. Como muestra, dos nuevas amarillas para los naranjas en los diez primeros minutos, y un balón (deportivamente lanzado fuera por España) devuelto vilmente por Van Bommel al córner español ante la indignación de los hispanos. Y lo peor para los aficionados al fútbol es que encima Holanda todavía tenía algún ramalazo en el que bien pudo hacer daño a La Roja. De hecho, si no llegar a ser de nuevo por San Casillas, la historia bien pudo haber cambiado radicalmente a los quince minutos de la reanudación. La inconmensurable visión de fútbol de Sneijder (que con aparecer a fogonazos era suficientemente peligroso) dejó solo a Robben frente a Iker, pero el meta madridista aguantó magníficamente de pie frente al neerlandés hasta el último momento. Cuando tocó tirarse al suelo ocupó el máximo posible de portería hasta el punto de que despejó el tiro del jugador del Bayern con el pie derecho en lo que parecía un milagro futbolístico.

Del Bosque buscó una reacción, y esta vez apostó por Navas en lugar de Pedro, para que bien pegado a la banda y con Gio amonestado pudiera penetrar por el flanco diestro. Y tras el susto neerlandés, ya fuera por la sustitución o por el cansancio del rival, lo cierto es que España tomó el control del balón, tocando entre líneas como sabe con un Iniesta omnipresente y apoyándose mucho con Villa como pivote. Parecía que siempre le faltaba alguien arriba del todo para dar la puntilla, pero eso sí, a punto estuvo de fructificar ese dominio. Primero, en el sesenta y nueve, tras una acción del propio extremo sevillista. Su centro lo ‘maltocó’ Heitinga, de forma que dejó a Villa solo y con una posibilidad de disparo franco a gol. Sin embargo, el ex atlético se rehizo y desde el suelo despejó el cuero a córner. Y precisamente de un saque de esquina llegó la otra gran oportunidad española. Fue esta vez Ramos, que entró a rematar al más puro estilo ‘Tiburón Puyol’, sin embargo el de Camas remató alto cuando lo tenía todo a favor.

 

Villa, Ramos, y de nuevo Robben pudieron romper el empate antes de la prórroga

Lamentablemente, ese dominio no acabó en gol como sí fue en el caso de Portugal o Alemania cuando el partido ya estaba maduro y ligeramente decantado para España. Es más, Holanda todavía pudo marcar en otra jugada suelta. De un despeje del central, Robben terminó de nuevo a la carrera a por la portería de Iker. Esta vez Puyol y Piqué le molestaban, y entre los dos zagueros y el guardameta lograron robarle el balón cuando apenas restaban ocho minutos para el final. Un esférico que Del Bosque quería que estuviera aún más en los pies españoles. Y es que lejos de asustarse, apostó por Cesc en la medular en una posición más adelantada que la de su sustituto, Xabi Alonso. Y el caso es que el partido acabó con el Jabulani en poder de los españoles mientras que los holandeses esperaban agazapados en su campo, rezando para que en un robo pudieran encontrar a Robben al contraataque. Pero ni la posesión hispana ni los pseudo-latigazos neerlandeses sirvieron para deshacer el empate antes del tiempo reglamentario. Una primera mitad fea y agresiva dio paso a una segunda mitad de ida y vuelta con España como dominadora del balón, y ésta a su vez, dio paso a una prórroga que lejos de premiar al que más fútbol generaba, tenía pinta de castigar a aquel al que le flaquearan las fuerzas tras noventa minutos muy muy físicos.

FICHA TÉCNICA.

0 - HOLANDA: Stekelenburg; Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen, Van Bronckhorst (Braafheid, min. 105); De Jong (Van der Vaart, min. 99), Van Bommel, Kuyt (Elia, min. 70), Sneijder; Robben y Van Persie.

1 - ESPAÑA: Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Cesc, min. 86), Xavi, Iniesta, Pedrito (Navas, min. 60); y Villa (Torres, min. 106).

GOLES: 0-1, min. 116: Iniesta, de tiro cruzado.

ÁRBITRO: Howard Webb (GBR). Amonestó a Van Persie (min. 15), Van Bommel (min. 22), De Jong (min. 28), Van Bronckhorst (min. 54), Robben (min. 83), Van der Wiel (min. 111), Mathijsen (min. 116), por Holanda; y a Puyol (min. 16), Sergio Ramos (min. 23), Capdevila (min. 66), Iniesta (min. 117), por España. Expulsó, por doble amarilla, a Heitinga (min. 56 y 109).

ESTADIO: Soccer City. 84.000 espectadores. La Reina doña Sofía y los Príncipes de Asturias estuvieron en un palco repleto de personalidades, entre ellos, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, el de la FIFA, Joseph Blatter, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y el de la RFEF, Ángel María Villar.

Y las fuerzas no, pero a Howard Webb bien que le tembló el silbato a los dos minutos de la prórroga al no pitar una clara falta a Cesc en la misma línea del área, ni un penalti clamoroso de Heitinga a Xavi en el rebote de la misma acción cuando el central trabó al barcelonista justo al disparar. Con la misma línea argumental que en la segunda mitad, esto es, España tocando fiel a su estilo y Holanda esperando al contraataque perfecto, los hispanos lograron cercar aún más claramente la meta naranja en la prórroga. Así, Cesc tuvo un mano a mano clarísimo frente a Stekelenburg tras un pase que un hoy soberbio Iniesta se sacó de la chistera, pero el meta 'oranje' se disfrazó de Casillas y le sacó el disparo con el pie, como aquél hizo con Robben anteriormente. Aunque para más inri del jugador del Arsenal, éste contaba con Villa solo a su lado. Y por si esta ocasión fuera poco (era ya la cuarta de ésas inmejorables), a los tres minutos España volvió a tener el Mundial en su mano de nuevo, pero el ‘MVP Iniesta’ esta vez se embolicó en regates cuando ya sólo tenía delante a Stekelenburg.

España acosó a Holanda en la prórroga hasta que Iniesta la derribó a sólo cinco de la tanda de penalties

Ya en la segunda fase de la prórroga, con una España que seguía ‘tiqui-taqueando’, el de Fuentealbilla estuvo a punto de reeditar el mano a mano con el meta del Ajax tras una pared por alto con Xavi, pero Heitinga le agarró por la espalda. La falta de Xavi se fue al limbo, pero el central neerlandés vio en consecuencia la segunda tarjeta amarilla para convertirse en el primer expulsado del partido. Quizás demasiado tarde cuando sólo restaban diez minutos. Aunque afortunadamente no hubo que lamentarlo, porque apenas cinco minutos después, el fútbol terminó de ser justo con el que había querido jugar, con el que más había buscado el gol… y ésa era España. Torres recibió el balón en la banda siniestra, centró buscando a Iniesta, pero un defensa rechazó el Jabulani. Cesc, que andaba por ahí por obra y gracia del seleccionador, recogió el cuero y asistió al ‘6’ español, que hoy estuvo a años luz del sobresaliente. ‘Andrés de España’ controló, y en una media volea desde la esquina del área pequeña cruzó el balón a donde no llegaba Stekelenburg, justo a donde los disparos se transforman en goles y los equipos se convierten en campeones. Y es que con ese gol España se convertía en campeona del mundo. ¡Campeona del mundo! El fútbol fue justo y, por segunda vez, el mejor fue de nuevo el que quedó primero, instaurando así definitivamente la dictadura del buen fútbol en el planeta. La dictadura de España.