Di María da la victoria a la Argentina post Maradona

Irlanda 0-1 Argentina





El partido tenía sus ojos puestos en el banquillo argentino ya que el técnico interino Sergio Batista sustituía a Diego Armando Maradona, como dirigente de la bicampeona del mundo. Por otro lado, los ojos irlandeses miraban a su eterno capitán Robbie Keane, que en la inauguración del Aviva Stadium, celebraba los 100 partidos con su selección.

El 'Checho' Batista logró una victoria por la mínima en su estreno como seleccionador absoluto y dejó constancia de su idea de recuperar el fútbol fino y de toque que hizo campeona a Argentina. El partido estuvo falto de ritmo por ambas partes pero fue la albiceleste la que mostró más ímpetu en su juego. Las embestidas visitantes venían de los pies de Messi y el madridista Ángel di María, que formaron, junto a un inspirado Gago, una conexión fatal para la defensa irlandesa.

FICHA TÉCNICA.

RESULTADO: ARGENTINA, 1 - IRLANDA, 0. (1-0, al descanso).

EQUIPOS.

ARGENTINA: Romero; Demichelis, Samuel, Burdisso (Zabaleta, min. 46), Heinze (Insua, min. 72);  Mascherano, Banegas, Gago, Di María (Jonás Gutiérrez, min. 75); Messi (Lavezzi, min. 46) e Higuaín (Milito, min. 46).

IRLANDA: Given; McShane, Dunne, O'Shea; Kilbane (Cunningham, min. 57), McShane, Green, Andrews (Gibson, min. 67); Duff, Fahey (Treacy, min. 77); Keane, Sheridan (Keogh, min 56).

GOL.
  1 - 0, Di María, min. 20.

ÁRBITRO: Peter Rasmussen (DIN). Amonestó a Heinze (min. 59) por parte de Argentina.

ESTADIO: Estadio Aviva de Dublín.

Ante las pocas ganas de jugar del equipo local, los argentinos controlaron la primera parte y tras varias intentonas, Di María logró el primer y único gol del partido aprovechando un saque medido del portero Romero. Argentina, como ya indicó Batista, pretendía un juego más elegante, de toque y presión al contrario, de posesión. Irlanda dependía de su jugador estrella, Robbie Keane, que se encontraba desaparecido quizá por ser el centro de todas las miradas.

En la segunda parte, Irlanda salió con ganas de hacer algo más, presionado por el aliento de su público. Sin embargo las pocas horas en el cargo del seleccionador albiceleste parecían haber tenido su efecto, y Argentina jugaba y presionaba el balón en todo el campo, forzando a los verdes a rifar el cuero en sus salidas inocentes.


De esta forma, la selección bicampeona del mundo comienza una nueva era con buen pie, y su seleccionador, ahora interino, muestra sus cartas a los dirigentes argentinos que en el mes de octubre deberán decidir el futuro de un banquillo que tiene por obligación la victoria.