Y lo de poner el Barcelona - Madrid un lunes a las 21:00 h. ha sido la última de sus tropelías. En primer lugar porque cuando se volvió a instaurar ese engendro llamado partido de los lunes, se juró y perjuró que ni Barcelona ni Real Madrid entrarían en ese juego. La primera en la frente. Además, y viendo los lloriqueos que continuamente venían desde Barcelona, personalizados todos ellos en Guardiola, Roures y su tropa de desalmados han hecho todo lo posible para que sus colegas culés acabaran contentos tras la designación de un día y una hora adecuada para ellos para el Madrid - Barça. Y lo han conseguido.
Guardiola no quería que se jugara en sábado. Y la razón que ha venido esgrimiendo era que el miércoles tenían partido de Champions el miércoles ante el Panathinaikos, y por lo tanto no quería que se jugara el 27 de noviembre porque su equipo llegaría 'justito' al partido. Por otra parte tenemos a la clase política, que por celebrarse las elecciones en Cataluña el domingo 28, pues tampoco le venía muy bien que el partido se jugara ese día.
Ante esta complicada tesitura, Roures ha optado por lo políticamente correcto, que es poner el partido en lunes. Lo que ocurre es que el argumento usado por Guardiola para explicar las razones por las que no quería que se jugara en sábado resultan insuficientes. Y es que el Madrid ya se ha visto esta temporada en la situación de tener que jugar un partido de Champions en miércoles para luego tener que volver a jugar el sábado. Ocurrió en septiembre, cuando el Ajax vino al Bernabeú. 72 horas después el Madrid tenía que ir a San Sebastián para jugar contra la Real Sociedad. ¿Quejas desde el Madrid? Ninguna. Y es que esta visto que las palabras señorío y F.C. Barcelona no parecen casar.
DEJA TU COMENTARIO