Sevilla no , Betis si

El último caso de clausura Betis





El estadio del Sevilla no será clausurado por la agresión que sufrió el portero del Real Madrid, Iker Casillas, este miércoles en las semifinales de la Copa del Rey. La posible sanción que se desprende del reglamento federativo consistiría en un apercibimiento de cierre del Sánchez Pizjuán, además de una multa económica al Sevilla que en ningún caso sobrepasaría los 3.000 euros. Casillas no sufrió lesión alguna ni necesitó atención médica, ambos elementos con los que el reglamento ya se plantea un cierre del estadio.

Esto, siempre y cuando la sanción se ciña a motivos reglamentarios y no entren en juego decisiones políticas. Y es que el ambiente convulso que precedió el partido (con el vídeo del Sevilla, que tantos comentarios causó, incluido) también podría ser analizado los próximos días por la Comisión Antiviolencia dentro del mismo caso.   

Más allá de este último punto, es cierto que, sobre el lanzamiento de objetos a los terrenos de juego, el Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por el que se rigen Antiviolencia y el Comité de Competición para proponer e imponer las diversas sanciones, premia la puntería y la gravedad de la agresión.

El botellazo que recibió Casillas no pasó, por suerte, de un mero coscorrón. El objeto, una botella de agua pequeña, fue lanzada desde uno de los fondos donde se sitúa la afición local, tal y como reflejó el árbitro del encuentro, Undiano Mallenco, en el acta, donde también se destacó la ausencia de lesión del guardameta. El portero internacional cargó tras el partido contra el individuo que le agredió, pero quiso dejar claro que el resto de la afición sevillista no tenía la culpa de lo que hizo este “estúpido”.


El presidente del Sevilla, José María del Nido, lamentó lo sucedido y aseguró que el club trabajaría con rapidez para identificar al agresor, sobre quien sí caerá una fuerte sanción. Según el reglamento, si su actitud se considera 'muy grave', podría sufrir una inhabilitación para acceder a cualquier recinto deportivo de al menos dos años (un máximo de tres), y una sanción económica que superaría los 3.000 euros.

El último caso de clausura de un estadio en el fútbol español tuvo lugar también en la ciudad hispalense. En ese caso fue por un desagradable incidente ocurrido en el estadio del Real Betis, cuando el entonces portero del Athletic de Bilbao, Armando, fue alcanzado con una botella sufriendo una aparatosa brecha con pérdida de la consciencia que le obligó a retirarse en camilla. El partido fue suspendido en ese momento (minuto 70 con 1-2).

El Comité de Competición de la RFEF decidió clausurar dos partidos el Manuel Ruiz de Lopera y dar por finalizado el encuentro con ese resultado. Y la Comisión Antiviolencia propuso una multa de 10.000 euros al agresor además de restringir el acceso a escenarios deportivos por el periodo de dos años. En todo momento se premio la colaboración del club por identificar al infractor.