Raúl le enseña el camino de la gloria al Schalke

El equipo del ex madridista se metió en la final de Copa gracias a un tanto suyo





Con su decimoquinto tanto desde que llegó al cuadro teutón, Raúl resolvió un partido en el que el Schalke tuvo que sufrir hasta los últimos minutos para contener a un Bayern, que al igual que su rival, veía en la final de Copa una manera de salvar su irregular temporada en caso de hacerse con el título.

En los primeros compases, el choque estuvo marcado por el pragmatismo de dos equipos conscientes de la importancia del envite. El Bayern comenzó tocando con comodidad la pelota ante un cuadro minero parapetado en su campo y buscando claramente su oportunidad a la contra. Sin embargo, el dominio bávaro resultaba estéril y no exigía demasiados esfuerzos al --de por sí aplicado-- cuadro de Magath.

Mientras, el Bayern dormía el balón sin inquietar a su rival, el Schalke comenzaba a estirarse a base de jugadas a balón parado. Un córner de Jurado era rematado por Raúl de volea, pero su tiro la sacaba un defensa rojiblanco cuando la pelota se colaba. Farfán ejecutaba el saque de esquina y esta vez, el '7' aprovechaba un remate de Howedess para remachar en el área pequeña y poner por delante a los suyos, sorprendiendo a los de Van Gaal.

Nada mas encajar el gol, los muniqueses pudieron empatar, pero el omnipresente Robben, sólo dentro del área, mandaba la bola fuera. Esta ocasión fue un chispazo que no tuvo continuidad en el fútbol de los de Munich, que continuaron manejando la posesión y volcando todo su juego por el lado del extremo holandés, que no era capaz de conectar con un voluntarioso Mario Gómez.


Por su lado, el cuadro renano continuó sin inmutarse ante la ficticia superioridad de su adversario y aprovechó las jugadas de estrategia, su mejor baza. Así rozó el segundo tanto poco antes del descanso por medio de Howedess, que volvía a cazar un nuevo córner de cabeza, pero su remate era desviado por la zaga del Bayern en la misma línea de gol. Los de Felix Magath demostraban que pese a no tener el balón, la primera parte había sido suya.

El Bayern lo intentó todo

Tras el paso por vestuarios, los locales aumentaron la intensidad de su juego y comenzaron a cercar el área de Neuer. En los primeros minutos Robben no llegaba por poco a un gran centro desde la derecha y poco después Schwensteiger, a la salida de un córner, conseguía un buen remate de cabeza que desviaba el meta rival con una gran estirada. El asedio del Bayern continuaría con un lanzamiento de Robben desde la frontal que salía lamiendo el poste.

Los de Louis van Gaal estaban avasallando a los de Gelsenkirchen, que no lograban pasar de su campo y se encontraban realmente contra las cuerdas. Sin embargo, los de Baviera no encontraban soluciones en los últimos metros ante la numantina defensa del equipo de Raúl. Con Ribery desaparecido, la responsabilidad recayó sobre Robben, que se desesperó en el ataque con el paso de los minutos.

En el último tramo del encuentro, el conjunto rojiblanco tocó a arrebato, lanzándose a la desesperada en la búsqueda de un gol que forzara la prórroga, mientras que su adversario defendía con casi todo el equipo en el borde del área.

Con un Schalke falto de oxígeno y pidiendo la hora, Ribery en el 87 tuvo la ocasión de enmendar su mal partido, pero su disparo dentro del área era detenido por un gran Neuer. Con este lanzamiento volaba la última opción del Bayern que finalmente capituló para ceder la gloria al eterno Raúl.