El Barcelona, ese club que presume de humildad y de respeto a los contrarios ha celebrado su pase a la final como si del propio título se tratara. La afición culé cantó durante los últimos compases del encuentro el ya famoso cántico antimadridista que fundó Samuel Eto’o, mientras los jugadores saltaban sobre el campo con los aspersores apagados.
Saludar al campeón es síntoma de que se ha ganado algo, cosa que todavía no ha sucedido. Por más que los azulgrana estén en la final de Champions y a un paso de conquistar la Liga, el único campeón que había sobre el Camp Nou era el Madrid, que se alzó con la Copa del Rey precisamente ante los culés.
Jactados de haber alcanzado la final de Wembley, deben haberse olvidado de que todavía tendrán que disputarla, probablemente ante el Manchester. Aunque debe ser que los favores arbitrales les tienen convencidos del éxito en Londres. Las “manos unidas” de Villar y Platini son alargadas.
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