El club blanco continúa siendo la obsesión del barcelonismo, y los propios futbolistas del Barcelona lo demuestran con sus cánticos contra el Madrid en el avión: “Despacito, despacito, les rompimos el culito”, cantaron los de Guardiola en una demostración de mal gusto.
No es la primera vez que los culés festejan sus victorias con insultos o insinuaciones contra el Real Madrid. Desde el “blancos llorones” de Luis Figo (curiosamente luego vistió de blanco) hasta el “Madrid cabrón” de Samuel Eto’o. No lo pueden evitar. Como tampoco pueden evitar comportarse como salvajes: hasta dos veces tuvo que intervenir el comandante del avión para solicitar calma.
“Somos un ejemplo para los niños”, decía Sandro Rosell tras conquistar la vigésimo primera Liga para el Barcelona. Un ejemplo a evitar, más bien.
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