Y es que Laporta fichó a Cáceres procedente del Villarreal en el año 2008 por 16.5 millones de euros, una cantidad exagerada teniendo en cuenta que traspasos de defensores mucho mejores que el charrúa fueron bastante más baratos, casos de Piqué, Carvalho o Raúl Albiol. Sea como fuere, Laporta picó y soltó la talegada. En Villarreal todavía se frotan las manos por ello.
En Barcelona, Cáceres apenas jugó. De hecho, se lo tuvieron que quitar de encima con una cesión a la Juventus que, después de probar la pieza, no tuvo ni la menor intención de quedarse con el jugador, que tuvo que volver al Camp Nou. Sus condiciones futbolísticas siguieron sin convencer y fue el Sevilla el que aceptó llevárselo con la condición de tener una opción de compra por el jugador de apenas 3 millones de euros. Esa fue la cantidad, precisamente, que el club hispalense oficializó ayer que iba a pagar al Barcelona para hacerse en propiedad con los derechos del jugador. Las cuentas son claras: Cáceres le costó al Barcelona 16.5 millones y lo ha vendido por 3 ‘kilos’. Conclusión: -13.5 millones. Un negocio la mar de ruinoso para una economía tan debilitada como la azulgrana.
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