El Barça le echa la culpa al césped

El conjunto catalán achaca sus lesiones musculares al terreno de juego del Camp Nou





El equipo entrenado por Guardiola disputó su penúltimo partido en el Camp Nou el pasado 6 de diciembre ante el Bate Borisov, mientras que el último lo jugó ante el L'Hospitalet el 22 del mismo mes. Entre ambas fechas pasaron 16 días, por lo que hubo tiempo más que suficiente para que el club replantara el césped del terreno de juego en este periodo. En ese tramo estuvo disputando el Mundialito de Clubes en Japón, por lo que las obras no habrían afectado a nadie de haberse realizado entonces.

Sin embargo, el Barcelona prefirió esperar a las fechas navideñas. Y es que, parece ser que la decisión que ha motivado la replantación de su maltrecho césped ha sido la última lesión de Iniesta, la cual viene a ser la séptima para un jugador de la plantilla en la zona del bíceps femoral. Desde el club se viene justificando esta plaga de lesiones en el supuesto mal estado del terreno de juego, si bien casos como el de Villa poco han tenido que ver con este factor.

Lejos de criticar la más que evidente mala planificación física de la plantilla (incluyendo una dura pretemporada en EE.UU y Asia a pesar del duro calendario), en el barcelonismo prefieren echar balones fuera y justificarse con el verde del estadio. Guardiola comentó tras el partido ante el Levante a principios de mes que "hay que solventar el problema del césped cuanto antes. Entiendo que no es primavera, pero el invierno no ha sido especialmente duro y el campo está muy mal". De ahí que ahora el club intentara cambiarle los planes a la Federación y al Osasuna a pesar de haber podido hacer la variación a mediados de diciembre.

Pero esta vez no ha habido suerte y el equipo no se ha podido salir con la suya, por lo que este martes hacía público que desistía en su petición de cambiar el orden de la eliminatoria. Finalmente ha optado por posponer el cambio de césped a los días posteriores a jugar el encuentro ante los navarros el próximo día 4 de enero. Así, replantará el terreno por tercera vez en apenas 14 meses, dejando claro que el campo no está a la altura de sus jugadores. Aunque, por una vez, el barcelonismo no ha podido imponer sus deseos y caprichos, de manera que no serán otros los que tengan que pagar su pésima gestión en este asunto.