La caverna tiene dos varas de medir

En los medios pro-culés se critica a Mourinho por algo que conocen muy bien en Can Barça





El periodista del diario 'Sport' Lluís Mascaró suele ser uno de los que más atacan al portugués cada vez que tienen una oportunidad. El catalán, que ya calificó de "broma de mal gusto" la nominación del técnico como candidato a ser el mejor entrenador del 2011 para la FIFA y France Football, ahora ha querido criticar a Mourinho por ser sincero en una entrevista y para ello ha interpretado sus palabras como le ha dado la gana. En su artículo "Mourinho, el mercenario" del pasado día 27, Mascaró suelta grandes perlas que merecen un pequeño análisis.

 

Mourinho ha vuelto a demostrar que es un mercenario. Un entrenador apátrida que solo piensa en su currículum. Y que defiende únicamente los colores de un equipo: los del MOURINHO FÚTBOL CLUB. En una entrevista concedida al programa 'Today' de la BBC, el técnico portugués aseguró que su sueño es volver a entrenar en la Premier League y que su etapa en el Madrid es efímera.

 

Parece que hoy en día ser un profesional del mundo del fútbol es ser un mercenario. Esto es algo que se lo podría decir a máximos ejemplos del barcelonismo como Luis Enrique o Bojan, ahora en Roma tras no poder triunfar en la Ciudad Condal. Querer triunfar en el mundo del fútbol en otros equipos parece que está mal visto en la caverna culé y es sinónimo de mercenario. Aunque yo me pregunto que si también piensan que Piqué o Cesc fueron mercenarios en su momento por salir del club con destino a Inglaterra. ¿No salieron también del Barcelona dejando su vínculo emocional atrás para mejorar su currículum?


 

 

Mourinho ya ha puesto fecha de caducidad a su permanencia en el Bernabéu: hasta el 2014. Eso si Florentino Pérez no le tiene que echar antes por los malos resultados. “Mi pasión es Inglaterra y mi siguiente paso será volver allí, y si es posible para mucho tiempo”, explicó Mourinho sin ningún tipo de rubor. ¿Qué pensarán ahora todos aquellos madridistas que le veneran como a su nuevo Mesías? ¿Qué proyecto puede construirse alrededor de un entrenador que ya piensa en su salida del club? ¿Qué vinculación emocional puede tener Mourinho con los valores del Madrid?

 

Este periodista ha debido escuchar o leer mal la entrevista a Mourinho, porque el portugués no concretiza en ningún momento sobre los años en los que estará en el club. No dice ni dos, ni tres. Habla en genérico. Incluso unos días después, el propio entrenador madridista aclaró que está seguro de que terminará su contrato en 2014 en el club y que estará detrás del proyecto siempre que los resultados acompañen. Para entonces quedan dos años y medio... ¿es realmente esto poco tiempo como para decir que no hay proyecto sólido, Mascaró?

Porque, eso sí, lo que no dice el plumilla es que Guardiola es incapaz de renovar más que de año en año y hace unos meses dijo a un periodista de la RAI que su tiempo en el Barcelona "se está acabando". Por no recordar que el entrenador también comentó recientemente que algún día le gustaría entrenar al Athletic de Bilbao. A ver si al final el proyecto más inestable va a ser el culé...

 

 

Mourinho es, posiblemente, uno de los mejores entrenadores del mundo. Mourinho es, posiblemente, una garantía de títulos. Mourinho es, posiblemente, una baza mediática. Pero Mourinho no es un entrenador de club, como Guardiola. O del Bosque en su momento. Mourinho llegó al Madrid para cumplir una misión: acabar con el dominio del Barça. No le importan los medios. Porque sabe que, una vez alcanzado el objetivo, abandonará la zona de conflicto en busca de nuevas órdenes. Como los mercenarios.

 

Al menos admite que Mourinho alcanzará sus objetivos de acabar con el dominio del Barcelona. Hasta en la caverna confían en sus posibilidades, como se puede leer de sus palabras. De todas formas, en la prensa barcelonista se siguen sorprendiendo de que el portugués no demuestre un apego propio del alguien de la casa. La cuestión es que no lo es, por ello no puede ni debe actuar como tal. Lo que no impide que Mourinho sea un madridista más, pues el luso deja huella por donde va y acaba cogiéndole cariño a los clubes en los que está. Su afición por el Chelsea y el Inter está fuera de toda duda, por lo que, el día de mañana, cuando se vaya del Real Madrid, se irá con varios títulos debajo del brazo como un seguidor merengue más. Aunque le pese a la prensa culé.