Guardiola tira la primera piedra

El entrenador del Barcelona calienta indirectamente los cuartos de final





"Prefiero decir en alto que no hablo de árbitros porque así luego no podré quejarme y quedar como uno que sólo lo hace cuando le conviene", espetó el técnico del Barcelona, en clara referencia hacia un José Mourinho que en varias ocasiones ha tenido que quejarse, con razón, de los arbitrajes desfavorables hacia el Real Madrid. Sin embargo, el luso también ha reconocido cuando los colegiados se han equivocado a su favor, las menos de las veces. Y los ha alabado cuando ha pensado que lo hicieron bien.

No es el caso de Pep Guardiola, que ha llegado a ser capaz de poner en duda una decisión correcta de forma pública. Lo hizo con el gol anulado a Pedro en la final de Copa del Rey del pasado año. Un gol bien anulado que significó toda una ofensa para un Pep acostumbrado a los favores arbitrales. Después de eso, su discurso suena aún más hipócrita que antes: "Qué me beneficia quejarme. ¿Me dan los puntos? A veces nos favorecen. Sé que a la mínima excepción dirán que son normas escondidas mías... No le veo beneficio. Lo puedo entender durante el juego porque es normal", apuntó.

Pero las palabras se las lleva el viento. Si Guardiola no se queja, ya están sus palmeros en la prensa cavernícola para hacerlo. En el fondo, el resultado es el mismo. El Barcelona se hace pasar por víctima por un par de errores arbitrales cuando durante los últimos años han salido prácticamente a robo por partido. Veremos qué sucede en cuartos, dando por hecho que los culés pasarán ante Osasuna. Seguramente los colegiados tengan mucho que decir entonces, y ese será el momento en que las palabras de Guardiola hoy tengan su justificación. El clásico ya ha comenzado.