No hay más que ver las caras de Piqué en el banquillo azulgrana o las declaraciones de Guardiola tras el partido, para ver que el divorcio entre los dos es total: "No he hablado con Gerard; he sacado el mejor equipo que había para el día de hoy".
La alocada vida de Piqué y sus constantes salidas de tono le han terminado pasando factura. Guardiola no quiere que nadie se salga de su discurso de falsa humildad, y los episodios de prepotencia protagonizados por el ex del Manchester, le han dejado definitivamente sin sitio en el once azulgrana.
Podrán decir lo que quieran, y escudarse en que la plantilla es muy larga, pero que Piqué no haya jugado ni un minuto ante Chelsea y Real Madrid, indica que las cosas no van nada bien entre Piqué y Guardiola.
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