Torres se invitó a un café irlandés

El delantero del Chelsea, que fue titular, marcó dos goles. Buen partido de Silva, que marcó un golazo y dio una asistencia. Irlanda no opuso apenas resistencia.





Hoy no valían las excusas de ningún tipo. Del Bosque se desdijo a sí mismo y metió un delantero, el campo estaba mojado porque en Dansk diluvió durante todo el partido y, sobre todo, porque España se enfrentaba a Irlanda, un país muy bonito para visitar, pero que futbolísticamente podría ser calificado como de nivel medio-bajo.

Con todos estos ingredientes, el argumento de esta película llamada partido era de esperar, con España manteniendo la posesión de balón durante segundos, minutos y horas, mientras que los irlandeses fiaban toda su suerte a los balones parados y segundas jugadas buscando cualquier posible fallo de la defensa española.

Lo mejor que le pudo pasar al equipo nacional fue abrir pronto la lata. Si el 0-0 se mantenía durante mucho tiempo, España hubiera sufrido la peligrosidad no ya del marcador o del rival, sino de la siempre temida psicología. Por suerte, no hubo tiempo de pensar en ello. Y no hizo falta porque apenas tardaron cuatro minutos los de Vicente Del Bosque en anotar el primer gol del partido. Y fue gracias a un golpeo de Torres desde dentro del área. Mitad fallo del portero mitad bravura del delantero. Es cierto que el balón no llevaba mucha colocación, pero sí la suficiente fuerza como para que Given sólo la viera cuando ya estaba dentro. Con ese tempranero gol todo pintaba de color de rojo para España.


Y es que Irlanda apenas conocía quien era el portero español. Se sabía que era Casillas porque se dio oficialidad a su nombre en las alineaciones, porque apenas tuvo que lanzarse una vez al suelo en toda la primera parte para despejar un lanzamiento lejano. No hubo rastro de Iker en 45 minutos. Buena señal. Por el contrario, Silva, Iniesta o Xabi Alonso se encargaban de sacarle más de una cana al portero de los irlandeses. Sin puntería pero con peligro, así funcionó España durante el primer acto. Suficiente para marcharse con la tranquilidad del deber cumplido, aunque sabía a poco por la entidad del rival.

Ficha técnica

España 4: Casillas; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xavi Hernández, Busquets, Xabi Alonso (Javi Martínez, m. 65); Silva, Torres (Cesc, m. 75) e Iniesta (Cazorla, m. 80).

Irlanda 0: Given; O'Shea, St Ledger, Dunne, Ward; Duff (McClean, m. 76), Andrews, Whelan (Green, m. 84), McGeady; Cox (Walters, m. 46) y Robbie Keane.

Goles: 1-0, m. 4: Fernando Torres . 2-0, m. 49: Silva. 3-0, m. 70: Fernando Torres. 4-0, m. 82: Cesc.

Árbitro: Pedro Proença (Portugal). Amonestó a los irlandeses Robbie Keane (m. 35), Whelan (m. 45) y St Ledger (m. 83) y a los españoles Xabi Alonso (m. 53) y Javi Martínez (m. 77).

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo C de la Eurocopa 2012, disputado en el estadio Arena de la ciudad polaca de Gdansk ante unos 40.000 espectadores, cinco mil de ellos de la selección española

Lo que no sabían los irlandeses es que España guardaba un saco de goles en su zurrón que iban a ir cayendo poco a poco como una losa sobre los jugadores verdes. Si Torres tardó cuatro minutos en hacer diana en el primer acto, lo mismo necesitó David Silva, en la segunda parte, para hacer el 2-0. El jugador del City anestesió con la mirada a la defensa irlandesa, tumbó a uno de los zagueros, y remató con sutileza a la red. Fue un golazo a cámara lenta. El de la tranquilidad, el de la paz.

Con esa ventaja, a Irlanda ya sólo le quedaba rezar para que España no hiciera más sangre en forma de goles, porque la diferencia en lo futbolístico era más que evidente. Los de Del Bosque seguían mareando la pelota, dominando el tempo del encuentro, mientras que Irlanda miraba y miraba. Poco más podían hacer los de Trapattoni ante el meneo que se le estaba viniendo encima. Más aún cuando un robo de pelota de Silva, le sirvió como lanzadera a Torres para presentarse delante del portero. Aguantó mucho, igual demasiado, pero acertó a colocar el balón en la red. Era su segundo gol de la noche, en la posición de ‘9’, la misma que Del Bosque había desperdiciado en el debut, y que supo corregir para este envite. Para cerrar la borrachera de goles, Cesc Fábregas dejó en evidencia a la débil defensa irlandesa en un córner en el que hubo despiste en cadena y anotó el cuarto en un remate cruzado tras un encuentro violento con el poste. Fue la rúbrica.

Después del sinsabor que produjo el debut en esta Eurocopa, España se dio un buen homenaje a base de café irlandés. Eso sí, los verdes eran de largo el equipo más flojo del grupo, por lo que no hay que lanzar las campanas al vuelo. El próximo lunes, ante Croacia, a España le espera el partido definitivo para ponerle a su pasaporte el sello de cuartos. Mientras tanto, toca disfrutar de la mayor goleada hasta el momento de la Eurocopa y del retorno de las buenas sensaciones aunque, repito, sin olvidarnos de que el rival era Irlanda.