Fracaso del Barça

El Madrid puede irse de 11 puntos





El Barcelona ha podido decir adiós a la Liga de manera definitiva después de no pasar del empate a cero en el derby barcelonés ante el Espanyol. Un mazazo en toda regla y que deja patente que este Barça está anclado; que ha metido el pie en el surco y que no hay manera de que lo saque. Sobre todo en ataque. Hizo feliz a Kameni, que se lució con un partidazo ante la mala selección de disparo de los azulgrana, que tuvieron opciones de marcar, pero que volvieron a fracasar como en sus últimos partidos. Hasta el público está harto de Laporta y de un equipo que le da más disgustos que alegrías.



Llegaba el derby de la depresión y ambos se lo tomaron con cierta juerga porque plantearon un partido abierto, de ida y vuelta, aunque era el Barça el que hacía correr más la pelota ante un Espanyol que llegaba al área de Valdés a base de tocar. Un ritmo que dotaba de lustre al partido con un Pérez Lasa que arañaba faltita a faltita a favor del equipo que preside el mejor aliado y adulador que tiene Villar, Joan Laporta.

Bula para Gudjohnsen

De hecho, perdonó la expulsión a Gudjohnsen por una entrada escalofirante por detrás sobre Coro. Rufete le imitó poco después con Etoo, pero la gran diferencia fue que el jugador blanquiazul llegó con claridad a la pelota. Conclusión, amarilla a los dos. ¡Ya te digo!

Lo que más llamó la atención fue el miedo-respeto que demostró el público azulgrana hacia Tamudo. El jugador perico recibió pitadas de jugador grande, grandísimo, cada vez que entraba en contacto con el balón. Y es que la grada sentía el vértigo del peligro que representa el Gran Tamudo cada vez que entraba en contacto con el balón. Kameni, por su parte, se salía con paradas impresionantes ante los latigazos de la delantera azulgrana, que atacaba a ráfagas pero con evidente peligro, aunque sin la contundencia que se le presupone a un equipo de su caché. El encuentro se fue al descanso como empezó, con un justo empate y juego entretenido.


Rijkaard apostó por Messi e Iniesta




El técnico holandés decidió apostar por el talento y sentar la mediocridad. Aparecieron Messi e Iniesta y se esfumaron Gudjohnsen y el "bluf" Giovani. Más toque y profundidad para el ataque del Barcelona, que obligaba a los pericos a doblegar esfuerzos en defensa. El césped empezó a inclinarse hacia el área de Kameni, que seguía hecho un jabato a los remates de Etoo y compañía. Los blanquiazules, agazapados, no se arrugaban cuando se tenían que ir hacia adelante e incluso Touré pudo cometer penalti sobre Ewerthon, pero eso en el Nou Camp es imposible que se pite. En todo caso, tarjeta para el espanyolista por dejarse trabar. O algo así.

El Barcelona fue perdiendo aire y el Espanyol a estirar líneas. Ewerthon y Riera daban profundidad al ataque perico, mientras que Messi e Iniesta se atascaban entre la madeja defensiva rival. Eso sí, Pérez Lasa seguía minando y minando a los de Valverde a base de tarjetas amarillas, algunas de ellas por orden directa de los jugadores barcelonistas. El partido se estiraba y si bien las ocasiones más claras eran locales, el Espanyol daba sustos a la contra que desesperaban a la afición culé.

El partido se consumía y el Barcelona se empezaba a acelerar; a buscar el gol a la desesperaba porque veía volar dos puntos de su campo y en el derby, que duele más. Y duele mucho más porque, encima, pierde a Iniesta y a Milito para La Coruña el próximo partido. Y pierde definitivamente la confianza de su público, que despidió a su equipo con pañuelos y a ocho puntos del Madrid que este domingo pueden ser once. ¡Casi nada!


LA FICHA

Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol (Marquez, 75"), Milito, Sylvinho; Touré, Xavi, Gudjohnsen (Iniesta, 46"); Etoo, Bojan y Giovani (Messi, 46").

Espanyol: Kameni; Zabaleta, Torrejón, Jarque, Chica; Ángel, Moisés Rufete (Riera, 57"); Luis García (Ewerthon, 57"), Coro; Tamudo (Lola, 64").

Árbitro: Pérez Lasa. Amarilla a Moisés (15”™), Gudjohnsen (40"), Rufete (43"), Ángel (57"), Jarque (64"), Tamudo (71"), Iniesta (81"), Milito (90"), Messi (90"), Xavi (90") y Ewerthon (90").

Estadio. Camp Nou. 70.000 espectadores