El fútbol es caprichoso en la mayoría de ocasiones, y suele ser escenario de encuentros y desencuentros morbosos. Uno de ellos se dará esta misma noche en el estadio Via del Mare de Lecce. Allí se medirán las selecciones de Italia y Montenegro por un puesto en el Mundial 2010, pero además habrá un duelo particular entre dos jugadores destinados a reencontrarse: Cannavaro y Vucinic.
El capitán azzurro afronta su partido número 120 con la elástica nacional con los objetivos de frenar a Vucinic y conseguir la tercera victoria para Italia. El delantero montenegrino es una de las principales figuras de su selección y de la Roma, conjunto que entrena Spalletti y que el año pasado se convirtió en el verdugo europeo del Madrid.
Aquel fatídico 5 de marzo la Roma ganaba por 1-2 en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions, obligando a los chicos de Bernd Schuster a ver el resto de la competición desde sus casas. Entonces, Vucinic fue el que marcó el último gol del conjunto giallorosso en el Bernabéu, él fue el que enterró definitivamente las ilusiones europeas cuando los madridistas estaban volcados sobre la portería de Doni, él fue el que certificó la cuarta eliminación consecutiva de la Champions para el Madrid.
Esa noche Cannavaro estaba enfrente y tuvo que presenciar cómo Vucinic y compañía salían por la puerta grande del coliseo blanco... pero eso es agua pasada. Hoy, Fabio volverá a vérselas con el delantero romanista y tendrá la oportunidad de lograr su particular vendetta.
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