Gaspart, Villar y Arminio un triángulo peligroso para el Madrid

Gaspart es vicepresidente para asuntos internacionales e institucionales de la Junta directiva de Ángel María Villar. Ramón Calderón es vocal.





Juan Gaspart es vicepresidente para asuntos internacionales e institucionales de la Junta directiva de Ángel María Villar. Ramón Calderón es vocal. Joan Gaspart fue el principal apoyo de Villar en las elecciones de 2004 y hombre clave para que ganara la batalla a Gerardo González Otero. Ahora ocurre lo mismo. Gaspart sigue moviendo los hilos de Villar para las elecciones a la presidencia que, sobre el papel, se celebrarán este mes.



Gaspart, que dejó el Barcelona como un solar, es hoy presidente del San Andrés. El gerente de ese club catalán es Jordi Pallarés, hombre fuerte en la actualidad de Gaspart y que está llamando a los clubes para pedir el voto para Villar. Gaspart no pudo con Jaime Roures, ex presidente de la Federación Catalana en las últimas elecciones, pero sí arrancó algún que otro voto pirata para Villar por entonces. Ahora, con la salida de Roures, la Catalana es ya de Villar y de Gaspart.

De Florentino a Calderón

Es sabido que al Barcelona no le perjudican los árbitros desde hace muchos años, de ahí que Pep Guardiola reconociera que ellos no se pueden quejar y, de paso, metía en el paquete al Real Madrid cuando al equipo blanco en la etapa de Florentino Pérez sí se le perjudicó. El motivo fue la postura firme del presidente blanco de no comulgar con las ruedas de molino del entramado federativo. La llegada de Calderón suavizó esos arbitrajes, hasta esta temporada.

Y en el Real Madrid no se enteran de qué va la fiesta. Gaspar Rossety es el hombre amable entre el club y la RFEF, pero el ex periodista se ha visto desbordado por los acontecimientos. Calderón dejó en sus manos este asunto, pero ha quedado constancia de que su ”˜llegada”™ a la RFEF es una broma en comparación con la de Gaspart, al que Villar le da de comer caliente.

Villar elige a dedo al presidente de los árbitros

El estamento arbitral depende de la Federación de Fútbol, cuyo presidente nombra a dedo al presidente del Comité Técnico de Árbitros (art. 49 de los Estatutos de la RFEF). Victoriano Sánchez Arminio fue el hombre al que eligió Villar, y que le asegura los votos de los árbitros en las elecciones (el 9% de la asamblea). Arminio es hombre de confianza de Villar y vocal de su Junta directiva, y como tal es sensible siempre a las órdenes de ”˜empresa”™.

Arminio decidió ayer no denunciar ante el Comité de Competición a Pedja Mijatovic por sus declaraciones, lo que revela que quiso evitar cualquier tipo de enfrentamiento con uno de los clubes más poderosos del fútbol español, además de que Calderón es también vocal federativo y ha demostrado cierta pleitesía hacia Villar. Y claro, no es de extrañar que el presidente de la RFEF, con su facilidad de verbo, dijera ayer esto: ”œLos árbitros españoles son extraordinarios y tienen un alto nivel”.

La eleccciones

La conclusión es que la política mueve voluntades. Que los árbitros viven en un sistema dependiente de la RFEF. Que la RFEF está en manos de su presidente y que su presidente tiene controlado al que manda sobre los árbitros. Los malos arbitrajes que ha sufrido el Madrid en esta temporada pueden haber acabado porque al final se visualizan unas elecciones en las que posiblemente Villar necesite de todos sus estamentos si la administración decide entrar de lleno en un proceso repleto de irregularidades que sitúa en el centro de la polémica al propio Jaime Lissavetzky, claro cómplice de las denuncias que puso sobre la mesa hace unos días el senador del Grupo Mixto Pere Sampol del Bloc Per Mallorca