No sobre el terreno de juego, no le dejaron, pero sí desde fuera. Cristiano Ronaldo se marchó por el túnel de vestuarios cuando corría el minuto 25 de la primera parte con lágrimas en los ojos. Se perdía el partido de su vida. Pero pasados los minutos, el crack de Madeira sabía que sus compañeros necesitaban verlo con ánimos para sacar adelante el partido.
Consciente su importancia y dejando a un lado todas las lamentaciones, Cristiano Ronaldo salió del vestuario en el descanso de la prórroga. Dio ánimos a todos sus compañeros. Era el momento de dar el golpe definitivo a la final y como si de un visionario se tratara, el futbolista merengue se dirigió a Éder y le dijo que él iba a ser el héroe de la final.
Así lo reconoció el delantero luso nada más acabar el encuentro. Desveló la conversación que mantuvieron y la confianza que Cristiano Ronaldo depositó en él. "Me dijo que sería yo el que iba a hacer el gol de la victoria. Me pasó esa fuerza, esa energía de él", explicó.
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