El robo de Stamford Bridge se ha quedado pequeño comparado con el que se ha vivido en el Camp Noi
El Barcelona ha perpetrado el mayor robo de la historia del fútbol para meterse en los cuartos de final de la Liga de Campeones gracias a un 6-1 ante el París Saint-Germain para dar la vuelta al 4-0 de la ida con una actuación inigualable del árbitro.
Las ayudas al
Barcelona empezaron bien pronto, en concreto en el minuto tres, cuando el árbitro ni sus asistentes quisieron pitar el fuera de juego de
Luis Suárez en el primer gol de los culés.
Pero es que el festival prosiguió con un buen número de tarjetas para los jugadores del
PSG, que apenas podían rozar a los del
Barcelona sin que les pitasen falta.
El remate llegó con el habitual penalti cometido por
Mascherano y que, como también es habitual, el colegiado no pito, y eso que dio claramente con la mano al balón en un centro.
Ya en la segunda parte llegó el tradicional penalti a favor del
Barcelona, en este caso sobre
Neymar, pero de la manera más absurda posible ya que el defensa resbaló y golpeó con su cabeza en la rodilla del brasileño.
Pero es que en el tiempo añadido
Luis Suárez se lanzó a la piscina de una manera descarada y el juez de área indicó sin tapujos el punto de penalti para que
Neymar hiciera el quinto e intentar terminar de perpetrar un robo histórico.
Pero el colmo fue que el sexto y definitivo gol llegó ya con el tiempo extra sobrepasado y gracias a que el colegiado regaló cinco minutos de añadido solo para que llegase lo que tenía que llegar.
En el otro partido de este miércoles el
Borussia Dortmund le ganó al
Benfica por 4-0 para superar el 1-0 que los portugueses lograron en la ida, por lo que los alemanes, junto al
Barcelona y al
Bayern de Múnich, que se clasificó
este martes, serán posibles rivales del
Real Madrid en cuartos.
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