El último ejemplo lo encontramos en las palabras del entrenador del Liverpool, Klopp, al que le han preguntado si era cierto que el Barcelona les había ofrecido 125 millones de euros por Coutinho y ellos lo habían rechazado.
"Ellos no han ofrecido eso, nosotros hemos dicho que no. Creo que mañana nos van a ofrecer un Happy Meal del McDonald's y además nos van a dar el juguete", aseguró el entrenador alemán ¡Vaya forma de burlarse de los culés!
El Barcelona ya es conocido como el equipo de las ‘calabazas’ porque no consigue cerrar ningún fichaje potente, sólo compra medianías ¡Y eso que tiene los 222 millones de euros que le han pagado por Neymar! Por el momento, lo único que están logrando Bartomeu y compañía es que Liverpool, Dortmund o Nápoles les hayan pintado la cara a base de respuestas negativas por Coutinho, Dembélé e Insigne, respectivamente ¡Ridiculés!
El Dortmund también ha 'rajado' de los culés
El director general del Dortmund, Hans-Joachim Watzke, dejó claro que no están nada conformes con la manera de actuar del Barça. “Consideraba al Barcelona un club respetable, ya no estoy tan seguro”, dijo tajante.
Al Fútbol Club Barcelona le siguen saliendo enemigos hasta debajo de las piedras. Y todo por su ineficacia a la hora de actuar en el mercado de fichajes. Las maniobras que está llevando a cabo para tratar de atraer nuevos jugadores que suplan la dramática salida de Neymar siguen levantando ampollas y el Borussia Dortmund ha terminado por estallar.
Los clubes alemanes, muy dados a la diplomacia, no suelen decir una palabra más alta que la otra, pero las triquiñuelas del Barcelona han hecho saltar todo por los aires. El Barcelona lleva un tiempo tras los pasos de Dembelé y la manera en la que ha intentado convencer al jugador para que abandone Alemania no ha gustado un pelo al club que todavía es propietario del futbolista.
Así, el director general del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke, afirmó en unas declaraciones que “consideraba al Barça como un club grande y respetable, ya no estoy tan seguro”. Un duro palo para la gestión del Barcelona, que cada vez está más desesperado por reforzarse y más aún después de ver cómo el Madrid pasó por encima en la Supercopa de España.
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