Esto quiere decir que las dos últimas generaciones de españoles sólo han conocido a Villar como presidente de la RFEF. El vasco superó al otro presidente más longevo, Pablo Porta, que estuvo en el cargo 9 años (del 75 al 84) y que sólo un decreto ley pudo apearle del sillón.
Villar, de 58 años, es el único candidato a la presidencia de la RFEF una vez que la ‘Plataforma Federación para Todos’ decidió no presentar ningún candidato aburrida por la permisividad del Consejo Superior de Deportes, que ha permitido todo tipo de maniobras posibles para que Villar se consolidara en la presidencia. Jaime Lissavetzky debe estar muy orgulloso de su labor.
La Asamblea está compuesta por 180 miembros, de los que veinte son natos y ciento sesenta elegidos. Son miembros natos el presidente de la FEF y los presidentes de las 19 Federaciones de Ámbito Autonómico.
Los miembros por elección representan a los cuatro estamentos del fútbol, en función de unos porcentajes. Así, los clubes cuentan con 84 portavoces, repartidos del siguiente modo: 30 de clubes profesionales; 45 de clubes no profesionales, y 9 de clubes de fútbol sala.
Los futbolistas están representados por 48 votos: 17 de jugadores profesionales; 26 jugadores no profesionales, y 5 jugadores de fútbol sala. Los árbitros cuentan con 14 votos: 5 de colegiados que pitan en Primera y en Segunda; 8 de Segunda B y de Tercera, es decir el fútbol no profesional, y 1 del fútbol sala.
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