La crisis económica favorece a Polonia en la organización de Eurocopa





Polonia y Ucrania, que en 2012 organizarán conjuntamente la Eurocopa, tienen por delante un colosal trabajo que pasa por remodelar sus infraestructuras, en muchos casos obsoletas, crear más plazas hoteleras y, sobre todo, edificar los modernos estadios que acogerán el campeonato. Un esfuerzo inmenso en el que la situación de recesión mundial puede echar una mano, al menos en el caso de Polonia, donde "la crisis crea algunas oportunidades", aseguró a Efe Marcin Herra, presidente de la sociedad polaca responsable de la coordinación de los preparativos del evento deportivo.

Para Herra, la caída del mercado de la construcción en Europa occidental hace que muchas constructoras miren ahora con interés los gigantescos proyectos asociados a la Eurocopa y "busquen nuevas oportunidades", lo que permitirá que el mercado de las obras públicas sean más competitivo. "Además, vemos como el precio de los materiales de construcción, como el acero, o el coste de la energía se reducen por los efectos de la crisis, lo que puede ayudar a que las inversiones sean menos costosas", añade Herra, quien no oculta su optimismo y afirma sin dudas que el calendario de preparativos para el campeonato se cumplirá a tiempo.

De hecho, según sus predicciones, Polonia tendrá en 2010 cuatro de sus nuevos estadios preparados, y los otros dos, entre ellos el Estadio Nacional de Varsovia, estarán listos en el año 2011. Unas previsiones que apuntan al éxito tras meses de pesimismo, y que inundan de optimismo a la UEFA y a los organizadores polacos, siempre y cuando se obvie el tema de las carreteras, la gran asignatura pendiente de este país que, hasta ahora, no consigue sacar adelante sus ambiciosos planes de construir cientos de kilómetros de autopistas.

Para mantener este optimismo, Polonia cuenta, además, con un as en la manga del que no disponen sus socios ucranianos: los fondos de la Unión Europea, lo que se traduce en un interminable paquete de más de 65.000 millones de euros de ayudas hasta el año 2013. Una parte de estas cantidades se destinará a financiar la mayoría de los costes de la ejecución de estadios e infraestructuras para la Eurocopa, una inversión valorada en torno a los 20.000 millones de euros.


Los fondos de Bruselas tienen otra ventaja añadida, y es que suponen un fantástico paraguas que atrae a las constructoras de todo el mundo, que ven como "el riesgo de impagos es mucho más bajo que en el sector comercial actual", subraya Marcin Herra, quien considera que el torneo de fútbol será un gran "catalizador" para la economía polaca. Sin embargo, Herra lamenta que "es más difícil para Ucrania, porque ellos no disponen de los fondos europeos y su economía sufre más los efectos de la crisis financiera". "Pero siempre que nos reunimos con nuestros colegas ucranianos aseguran que tendrán el dinero para las inversiones destinadas a la Eurocopa", puntualiza, a la vez que deja claro que "el único objetivo y la única forma de organizar este campeonato es hacerlo con Ucrania".

Lo cierto es que Ucrania es la parte más débil en la organización de la Eurocopa, sumida en devaluaciones de su moneda, corrupción y problemas políticos, lo que ha hecho que diferentes países hayan criticado abiertamente la elección de dos naciones del Este de Europa como sedes del evento deportivo e incluso hayan pedido que se les retire la organización del torneo. Herra considera que la decisión de la UEFA de celebrar el campeonato en Europa Oriental "fue muy valiente" y también "una buena decisión", al abrir "un nuevo mercado y una nueva oportunidad para el fútbol", a pesar de la oposición existente desde federaciones veteranas como la italiana.

"Creemos que será un torneo excelente en un país excelente respecto a las infraestructuras. La gente está loca por el fútbol en Polonia, por lo que además habrá una atmósfera excepcional", predice Herra, que asegura que cuando lleguen los seguidores de toda Europa "se sentirán felices de que el torneo se haya mantenido en Polonia y Ucrania" y no se haya mudado a otro país.