El Betis no pudo con Iturralde

El Betis prueba la Messi-dependencia

8 años y una sola victoria no debían ser suficientes argumentos para la arrogancia del líder. Pep Guardiola no temía al Betis ni aún que lleve una década aciaga en suelo verdiblanco y decidió prescindir de Messi. Su estrella no tardó en reflejar la cara amarga de quien se muestra imponente por la actitud de sus compañeros, completamente a merced del Betis desde el inicio.

Así, los Hleb, Cáceres o Keita (principales novedades azulgranas), no fueron capaces de frenar el entusiasmo inicial de su rival, que salió enchufadísimo desde el arranque. Reflejando esa estupenda actitud de ambición y coraje, Oliveira pudo abrir la ‘lata’ en el primer acercamiento pero no acertó a rematar cuando sólo Piqué sacaba la pelota en la línea de cal. Aquella acción dio alas al planteamiento bético, que encerró al Barcelona a base de velocidad y presión en la salida de balón visitante.

Tras un remate de Xavi que pasó cerca de los postes de Ricardo, el Betis se armó de moral y adelantó líneas. Un par de llegadas generaron un saque de esquina que iba a abrir el choque. Melli ganó por alto a Busquets llegando desde atrás y cabeceó con potencia al poste menos defendido por los azulgranas. Golpe anímico y vuelta al planeta tierra, ese donde se mueven todos los equipos excepto aquellos que se creen vulnerables.

Y es que tan débiles se mostraban defensivamente los blaugranas (Cáceres es un ‘coladero’ y Piqué tuvo una tarde más que negada, que de nuevo un balón al área causó estragos. Un centro bien dirigido por Sergio García al segundo poste, encontró la zurda de oro de Mark González. El chileno remachó de volea cruzando su disparo al palo opuesto que defendía un Víctor Valdés cabreado con sus compañeros.

Pese a que Juanito se marchó lesionado (había arrastrado molestias), el Betis sacó su casta en línea defensiva y, achicando espacios, encerró las alternativas ofensivas del Barcelona. Sólo Iniesta, con sus juegos de balón en banda izquierda, avisaba de vez en cuando, pero el correctivo bético estaba siendo notable. La precipitación y desesperación culé ante el sacrificio local, iba a encontrar como tantas veces la ayuda divina. Esa que nunca falla y que hoy (mañana será otro), le otorgó la gracia de Iturralde, que se inventó un penalti sobre Iniesta que sólo él quiso otorgar. Ricardo atajó el lanzamiento de Etoo pero el camerunés aprovechó el rechace para dar ‘vida’ (y gracias a Iturralde) al Barcelona. Un ‘piscinazo’ más. Un favor más.

Nervios, sudores y victoria bética

Una vez que el Barcelona supo aprovechar el enésimo favor arbitral de la campaña, el partido se abrió sobremanera en la segunda mitad. El Betis, mucho más cansado, sólo tenía fuerzas para juntar efectivos detrás del balón y esperar las contras rápidas de Sergio, Emana y Oliveira. Fue el brasileño quien iba a remachar a gol una acción veloz que Iturralde (acertadamente), declaró como fuera de juego.

Guardiola no quiso seguir experimentando y sacó a Messi y Henry, obligando mucho más a su rival. Un mano a mano que Etoo erró ante Ricardo incomprensiblemente, un cabezazo de Piqué o un disparo de Xavi, volvían a avisar a un Betis estresado y sin pulmón. Eso sí, lo suficientemente envalentonado como para que a Oliveira le volvieran a derribar con un agarrón en el área ante Cáceres que, como era lógico, nadie iba a señalar.

Un paradón de Ricardo tras disparo de Iniesta y una contra más que Oliveira (gafado de carta puerta) ante Valdés que no supo concretar el brasileño, pudieron alternar el marcador definitivamente. Llegando pero sin culminar y con un Ricardo espléndido, sacando una tras otras todos los remates blaugranas, Bojan entró como el revulsivo final de Guardiola, pero tuvo que ser Etoo en una rápida acción con remate cruzado (y tras golpear en su marcador) quien salvara los muebles en el Ruiz de Lopera.

El sacrificio del Betis estuvo cerca de dar la ‘campanada’ pero, al menos, mostró el camino a los que restan por llegar. Eso sí, sin contar con más Iturraldes.