Busquets el 'anti-diplomático'

El mediocentro culé no esconde que si el Espanyol baja le será indiferente





El joven culé, que acaba de ser internacional, no entiende de diplomacia sino todo lo contrario. Es un recién llegado y podría tener excusas al desconocer lo que las palabras de un jugador pueden generar a sus aficionados, que le toman como ejemplo, pero su padre, Carles, que conoce el mundo del fútbol en general, debía haberle enseñado. Ni corto ni perezoso, al joven Busquets sólo se le ocurrió hablar (mal y erróneamente) del rival vecino, afirmando que si finalmente desciende (está colista ahora mismo), a él le da igual.

 

"Me da igual que descienda el Espanyol"

Lo curioso de todo ello es que lo dice justo después de que argumentara que deben ser respetuosos con todos los rivales y que sólo así podrán mantener la línea que les lleve a ganar la Liga. No se trata de expresión ni de rebeldía, sino de ética y lógica. Si en la semana del derbi catalán, que en sus últimas ediciones se ha visto salpicada por la violencia y la polémica con los absurdos ‘Boixos Nois’, los propios jugadores promueven esos movimientos y dan rienda suelta a sus opiniones, todo está perdido.

No se trata de mentir, pero Busquets no debería decir jamás que si baja su vecino, a él le dará igual. No al menos mientras las directivas no se ‘traguen’ y se manden mensajes cada cierto tiempo. No en el año en el que acabas de eliminarles de la Copa tras varias decisiones comprometidas. No cuando eres una referencia de la nueva hornada de tu club. Es lógico y hasta normal pensar que quiera abstenerse de opinar, pero ya que uno se decide, jamás debería increpar, sino mostrarse capaz de afrontar las palabras que vaya a dejar sobre la mesa.


Sergi, que ha demostrado tener hueco en la primera plantilla del Barcelona, también ha reflejado la ignorancia de un joven con ‘cabeza’ en el césped pero descentrado fuera de ella. Que vayan tomando nota por La Masía, donde parecen haber dejado de lado la conducta y los valores. Eso también se enseña. Eso también debe aprenderse.

PIQUÉ, OTRO ENEMIGO PÚBLICO DEL ESPANYOL

Hace dos temporadas, el Espanyol arrancó un empate en el Camp Nou con dos goles de Tamudo (2-2). Era la penúltima jornada de Liga y el resultado dejaba al equipo azulgrana noqueado y obligado a un milagro para ganar el título. Muchos barcelonistas tienen presente aún aquel partido. Entre ellos, Piqué, por entonces en el Zaragoza.

"El Espanyol, hace dos años, hizo perder una Liga al Barça empatando en el Camp Nou y estaban muy contentos celebrando los goles. Si bajan a Segunda, me dará absolutamente igual". Quizás el sábado comiencen a fastidiarle una nueva Liga.