El Lyon alarga el 'letargo' del Barcelona

Excesivo premio para los culés, que fueron muy inferiores y suman tres partidos sin ganar





Juninho recupera los temores a balón parado

Las buenas vibraciones que transmite el Barcelona cada vez que viaja al Gerland de Lyon, donde siempre sacó algo positivo, trastocaba con la sensación de ‘crisis’ que venían dejando los de Guardiola antes del regreso europeo. Once de gala a excepción de Abidal (lesionado ante su ex equipo y quizás futuro) e Iniesta ante un rival con similar estilo ofensivo aunque con muchas dudas defensivas. Benzema, crack lionés y futurible de alguno de los ‘gigantes’ continentales, ponía el morbo.

- Ficha técnica:

1 - Olympique de Lyon: Lloris; Mensah, Cris, Boumsong, Grosso; Juninho (Kalstrom, min. 78), Toulalan, Makoun; Ederson (Delgado, min. 64), Keita (Pjanic, min. 87); y Benzema.


1 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Márquez, Puyol; Xavi, Touré, Busquets (Keita, min. 76); Messi, Eto'o y Henry.

Goles: 1-0, min.6: Juninho. 1-1, min.67: Henry.

Arbitro: Wolfgang Stark (GER). Mostró cartulina amarilla a Toulalan (min.23), Grosso (min. 33), Alves (min. 33), Puyol (min. 60), Busquets (min. 62).

Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Gerland 39.258 espectadores

No necesitó demasiado el Lyon para mostrar de nuevo las carencias defensivas de la línea de tres que se inventó Pep sobre suelo galo. Y es que a pesar de que el marcaje en jugadas a balón parado es su cuenta pendiente y principal motivo de críticas al equipo, Juninho, el especialista consumado a balón parado, sacó de nuevo los colores. Esta vez, se cebó sobre Valdés. Un disparo muy abierto al segundo palo desde la esquina opuesta, se envenenó en las dudas del meta culé y en la pegada inteligente del brasileño. De sus pies salen más del 25% de los goles lioneses. Todo un aviso.

Aquella acción consumó unos primeros minutos donde el Lyon dejó evidentes pruebas de las que iban a ser sus intenciones. No quería desgastar, sino destruir el juego de su rival, un Barcelona incapaz de crear y organizar sus ideas, perdidas una y otra vez en la pareja de mediocentros locales. Makoun y Toulalan se desgastaron por completo para evitar las progresiones blaugranas, que sólo increparon al joven Lloris en un despiste que Etoo mandó al poste tras llegar a contactar con su puntera.

El resto fue un absoluto descaro por el fútbol ofensivo. Contras rápidas y bien dirigidas por parte del campeón galo y posesión sin finalidad productiva para el Barcelona, que tenía en el anonimato a su trío ofensivo. Messi apenas pudo enlazar un par de verticales y Henry, una vez más, pasó de puntillas. Un disparo lejano de Benzema que se marchó al poste de milagro, una volea de Keita que casi sorprende a Valdés y otra arrancada veloz de Benzema que, tras tocar Piqué, se marchó junto al poste, pudieron haber encarrilado aún más la eliminatoria ante un Barcelona incapaz, lento, desconcentrado y perdido en el sacrificio colectivo de un incombustible Lyon.

Henry apremia lo increíble

La gasolina que tuviera el Lyon en su depósito iba a marcar la pauta del choque pero, como su pareja de mediocentros estuvo incombustible y tenaz, el Barcelona sufrió por decreto en cada arrancada y jugada a balón parado. Puyol representaba como nadie el ‘coladero’ en que se había convertido su inesperada alineación en banda izquierda, Henry repetía ostracismo como siempre que viaja a su país y Messi, perdido en la corpulencia de los centrales, pasaba sin dejarse notar y evidenciando un bajón de forma alarmante.

Una falta lejana deJuninho que pudo sorprender con su bote a un dubitativo y acongojado Valdés, pudo volver a repetir la acción de la primera mitad, aunque un paradón de su homónimo Lloris en un disparo desviado por sus zagueros, igualmente pudo trastocar el marcador. Esa acción reactivó a los de Guardiola de su inoperancia ofensiva mientras el Lyon, cansado y presionado, acabó cediendo en un saque de esquina. Márquez remató al primer poste y Henry, en lo único positivo que dejó, cabeceó en plancha para dar un excesivo premio por lo visto en la noche lionesa.

Tercer partido hibernando de un Barcelona que sigue sin ganar, crece en decepciones, en dudas y en sensaciones amargas. La crisis se confirma, el bajón ya es una realidad y los temores toman forma.