Arango enmudeció El Molinón asturiano y sus compañeros se abalanzaron sobre él para celebrar un gol importantísimo para el Mallorca, que sale del descenso casi dos meses después (desde el 3 de enero con la derrota por 3-1 ante el FC Barcelona en el Camp Nou), y también para el propio futbolista sudamericano. El centrocampista de Maracay no marcaba en la Liga desde el pasado 9 de noviembre, cuando lo hizo por partida doble ante el Athletic de Bilbao, por eso, y también por su supuesta indolencia en el campo, estaba siendo muy cuestionado por la grada del Ono Estadi.
A pesar de que también anotó un tanto decisivo el pasado 15 de enero ante el Almería en la Copa del Rey, también de falta directa, su aportación al juego del equipo estaba generando más sombras que luces. Sus únicos apoyos, en esos momentos de dudas, fueron sus compañeros y especialmente el técnico Gregorio Manzano, que desoyó una y otra vez las peticiones de un sector del público y de los medios de comunicación locales para que lo sentara en el banquillo.
El capitán del Mallorca no figuraba como titular en las alineaciones previas al choque con el Sporting de Gijón, pero Manzano siguió fiel a su sistema de juego, en el que Arango desempeña un papel clave, y le situó sobre el terreno de juego. "Queda mucho y hay que seguir haciendo las cosas bien. Estamos contentos, pero no quiere decir que conformes", fueron las escuetas declaraciones del venezolano al finalizar el partido en El Molinón.
Rehuyó el protagonismo como autor de un gol decisivo para su equipo y prefirió destacar al conjunto, sobre todo, ante el trascendental partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el FC Barcelona que se disputará el miércoles en el Ono Estadi, con ventaja de los azulgranas de 2-0. "No vamos a desaprovechar la oportunidad de seguir en la Copa. Dos goles nos separan de la final, así hay que luchar", afirmó en relación a ese partido.
Arango se ha reencontrado con el gol cuando más lo necesitaba el equipo, y su disparo con la pierna zurda fue, una vez más, letal para sus rivales. Este año no tiene a su lado al goleador Dani Güiza y al argentino "Caño" Ibagaza, que firmaron con el Ferenbhace turco y Villarreal, respectivamente, y lo ha notado.
El Mallorca, no obstante, respira con el oxígeno que le ha proporcionado Juan Arango, uno de sus jugadores más carismático en las últimas temporadas, siempre discutido, pero que vuelve por sus fueros en el momento justo, cuando un gol puede marcar la frontera entre la Primera división y el abismo.
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