El extremo izquierdo del Blackburn Rovers quería pasar a la historia con una jugada única pero, en su caso, no soñaba con una chilena, un penalti de 'panenka' o una vaselina brillante, sino con un penalti increíble y absolutamente irrisorio.
El noruego, que visitó sin pena ni gloria el Emirates Stadium para ser goleado por el Arsenal (4-0), intentó engañar al colegiado con un 'piscinazo' absolutamente delirante. La historia del fútbol inglés, detallista con los buenos modos y el fair-play, condena absolutamente estas acciones y el jugador está siendo criticadísimo.
Curiosamente, unos días antes al internacional nórdico le había ofrecido un papel en un 'spot' como doble de Phelps. Juzguen ustedes.
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