Así es la Turquía de Terim

El técnico pone sello propio a un equipo valiente, imprevisible y desordenado





Terim, héroe al poder

Fue un bregador, un hombre que hizo del trabajo constante su mejor aval para lograr gestarse una carrera en el primer nivel del fútbol otomano. No fue estrella, no tenía clase y sus cualidades no hablaban de goles ni asistencias, sino robos y carácter. Este último le valió, entre otras cosas, para ganarse una fama de hombre duro, amigo de sus jugadores y partidario de un fútbol agresivo a la par que ofensivo. Una delicia totalmente impredecible que reta a España este sábado en el Santiago Bernabeu.

Fatih Terim es el mejor sinónimo del fútbol en su país, ése nombre por el que suspiran los pasionales seguidores otomanos y el encargado de llevar a lo más alto (y también a varias decepciones) a una selección capaz de todo. Turquía representa actualmente un segundo escalón en el fútbol mundial. Siempre genera la mayor de las expectativas entre sus incondicionales pero su falta de orden y su incontrolable sentimiento de superación, mezclan dos vertientes incapaces de mantener una regularidad en el tiempo. Son auto-dependientes de su estado de forma y moral, algo que les hace dejarse puntos en campos aparentemente accesibles y, a su vez, dar la cara en los escenarios más representativos del panorama actual.

Terim es puro carácter, ropone un estilo ofensivo, con jugadores de banda y mucha movilidad en el ataque, donde usa hombres de semejante perfil, capaces de aprovechar las contras pero, a su vez, la escasez de espacios y la lectura de todo tipo de jugadas de segunda línea. Arropa su frágil defensa con dos guerrilleros de batalla en la medular y asume que su mejor aval de éxito es el amor pasional a una camiseta que se hace respetar en base al trabajo.

Una defensa débil, un ataque con alternativas

Terim jamás encontró cuatro hombres de confianza en su línea defensiva y, tras probar todo tipo de centrales y ajustes en su defensa (donde se ha caído el lentísimo Cetin y donde se impone una línea de cuatro hombres) parece haber otorgado cierta confianza a Gonul (mermado y posible baja ante la ‘Roja’), Kas o Birinci, aunque el mejor es su carrilero Sabri, con mucha profundidad y velocidad.


El seleccionador no oculta esas deficiencias y lagunas en su línea más débil porque, entre otras cosas, no tiene opciones para variarlo. La ausencia de Altintop en el mediocampo es la principal baja y lo notarán en llegadas desde segunda línea. El bético Aurelio, el imprevisible pero brillante Arda Turam y el veteranísimo Emre, que impone jerarquía en un bloque lleno de egos, son sus bazas más interesantes en mitad de campo. La velocidad de Kazim Richards es otra opción que gana enteros con el tiempo.

La delantera es su mejor línea aunque mantiene un perfil muy ajustado a sus necesidades y a su juego. ‘Ratones’ de área como Senturk, veloces como Nihat o prometedores como dos de los goleadores de moda en la actualidad (Erding y Yildirim), el futuro goleador de los otomanos está claro y asegurado. Su hombre más polivalente y clave en el esquema ofensivo es Sanli, comodín donde los haya y hombre multifunción.

España, con más alternativas

La Selección española encontrará mayores problemas en suelo otomano la próxima semana, sobre todo si logra imponerse en Madrid este sábado. España tiene más calidad, jugadores más desequilibrante y un modelo ajustado y definido del que carecen los turcos, que hacen de su pasión, carácter y entrega, un auténtico desafío cada partido. Una moneda al aire que debe, pese a todo, clavar sus rodillas ante la ‘Roja’.