El dinero 'sucio' de Laporta

El presidente culé se ha asociado con un comunista acusado por Amnistía Internacional





Amigo de un corrupto

Ismael Karimov es ese líder que decidió perpetuarse en el cargo de soberano en el poder uzbeco desde que llegó a lo más alto en 1990. Desde entonces, no ha parado de progresar e sus ideas como epicentro del Partido Comunista y ha frenado a base de violencia los múltiples conflictos interétnicos entre los uzbekos y la minoría meskhetia (turcos chiitas). Fue reelegido con muchas críticas y lagunas en 2007 y, desde entonces, su poder se ha expandido por varias ramas de la economía mundial siendo una de ellas el fútbol. Karimov es el presidente y mandatario del Bunyodkor, equipo de Rivaldo y club que mantiene un trato de favor con el Barcelona.

Sin ir más lejos, Karimov acaba de pagar (o debe hacerlo en breve), unos cinco millones de euros por un entrenamiento que realizaron con el Barcelona hace unos meses. Una cantidad astronómica que, como todo, surge de los negocios sucios que mantiene en todo el país y que colocan a su empresa, Zeromax, como una de las más productivas a causa de sus negocios superficiales. Joan Laporta está vinculado a dicha empresa que, entre otras cosas ya le costó grabes críticas tras confirmarse el intento de compra del Mallorca y la intención del culé de indagar en la herida bermellona para costearse sus lujos.

La imagen culé, por los suelos


Toda esta unión entre el presidente del Barcelona y el líder comunista ha sido analizada en un amplio reportaje por la revista ‘The Observer’, que no se corta en admitir que Laporta se ha metido en la cumbre de los negocios oscuros y del dinero negro. Algo que, como presidente de un club que recibe dinero de esas ‘estafas’ y que, a su vez exalta su limpieza con Unicef como publicidad en su elástica, merece ser cuestionado. Un nuevo desastre que deshonra a su club y que ensucia la imagen del Barcelona en el mundo.

Karimov lleva más de dos décadas gobernando bajo unas ideas radicales y abusando de su poder con la explotación de sus súbditos, algo que no do digo yo, sino un informe de Amnistía Internacional en 2002. Gulnara, su hija, que ha sido la guía de Laporta en sus visitas a la capital Tashkent, es la encargada de cobrar esas extorsiones y encabeza la lista de corrupciones en el país.

La revista corrobora que el pacto del Barcelona con UNICEF "está basado en la reputación y ésta se ve mancillada cuando el Barcelona desfila en Uzbekistán para hacer caja en un estadio construido a instancias de los líderes de un régimen sangriento". ¡Todo un ejemplo, por supuesto!