El conjunto amarillo y el blaquiazul se enfrentaron en un duelo en el que los dos equipos se jugaban buena parte de sus opciones de participar la próxima temporada en competición Europa, ya que mientras los locales buscan defender su la cuarta plaza -que podrían perder hoy si gana el Valencia-, los andaluces sueñan con jugar la UEFA.
El impacto psicológico de ganar a un actual equipo "grande" ha impulsado a un equipo malagueño que se ha reencontrado con el triunfo, ya hasta la victoria de ayer contabilizaba tres partidos consecutivos sin ganar.
Con la victoria ante los castellonenses, el Málaga puede olvidarse del temido "Tourmalet", etapa de enfrentamientos seguidos con equipos "grandes", ya que ha sumado un empate frente al Sevilla (2-2) y dos derrotas, una dolorosa y abultada contra el Barcelona (6-0) y otra con el Real Madrid (0-1).
El conjunto malacitano, que en el encuentro de ida empató con los castellonenses en La Rosaleda (2-2), no ganaba al Villarreal desde 2002 y su técnico, Antonio Tapia, tampoco conocía el sabor del triunfo ante el cuadro amarillo, ya que hasta ahora no le había ganado en ninguna de sus etapas como preparador del equipo malaguistas.
Además el equipo costasoleño ha roto la racha amarilla de casi cuatro meses sin conocer la derrota en El Madrigal, ya que la última vez que el Villarreal perdió en su feudo fue el 21 de diciembre y ante el Barcelona (1-2).
Temporalmente en Europa, el equipo que entrena Antonio Tapia depende ahora de lo que ocurra en los encuentros de los actuales inquilinos de la zona UEFA, uno de ellos el Valencia, quinto con 46 puntos que juega en El Molinón ante del Sporting de Gijón, concentrado en mantenerse en la categoría.
El otro partido importante para los intereses europeos del Málaga será el del Atlético de Madrid, sexto con 43 puntos, y que se medirá en un choque a cara de perro con un rival directo y serio competidor con aspiraciones europeas, el Deportivo de La Coruña, octavo y con 43 puntos.
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