'Piscineros culés' S.A

La empresa de moda en nuestra liga, con base en el Camp Nou, puede entrar en quiebra





Una buena organización, éxito de la proeza

La primera piedra la puso su presidente, con la atenta mirada de su mentor. Exigían respeto para sus trabajadores, a los que, según su versión, atacaban sin compasión y con intenciones dañinas en cada estadio de nuestras fronteras. Como si de la mejor empresa de recursos humanos se tratara, en apenas unas sesiones llenas de lloros, quejas y desconsuelo, lograron efectos inmediatos. Sólo tuvieron que continuar su camino de lamentos en busca de protección a sus mejores obreros y generadores de juego para que, los encargados de impartir justicia, regalaran una vez tras otra favores que allanaban cualquier progresión de la entidad a medida que las semanas le iban colocando en lo más alto.

Ese Barcelona de ‘piscineros’ que habita en el Camp Nou ha logrado que toda la Liga española quede a merced de las peticiones que salgan del entorno azulgrana. Si Joan quiere que nadie toque a Messi, ‘los de negro’ lo llevan a rajatabla porque alertarán a cada enemigo que se acerque a él. El argentino aprovecha un simple empujón o una presión fuertemente ejercida por un rival para dejarse hacer y así, el éxito ha llegado con la simpleza de quien pide algo y lo consigue ‘ipso facto’.

Los 'trabajadores' protegidos


No ha sido el único, Iniesta ha pasado de ser el jugador más vertical del campeonato, por su facilidad para buscar huecos, a convertirse en un referente del césped, de sus cuidados y de su buen mantenimiento porque ahora su objetivo es caer cuantas más veces sobre él, mejor. Ello supondrá falta, tarjeta o cualquier otro despropósito del colegiado de turno con la bandera culé desplegada en su corazón. Etoo anhela el desierto de arena camerunés y siempre va al suelo, Henry sigue su camino como el ‘segundón’ en el que se ha convertido de azulgrana y hasta supuestos ‘guerreros’ como Touré, Keita o Puyol, que siempre defendieron su estatus a base de garra y alguna ‘patadita’ de más, agradecen ahora la buena sintonía arbitral y el gusto por el césped barcelonés.

Sin embargo, el máximo exponente del constante lloriqueo es Daniel Alves, un jugador ilegal en sus actos, quejica por naturaleza y al que le gusta increpar a base de simulaciones dignas del mejor de los premios a la interpretación. Ante el Chelsea, con Drogba pidiendo explicaciones al brasileño, se apreció el punto de locura que atraviesa en el césped el carioca.

Con dos ‘piscineros’ de tanto crédito, el éxito empresarial sube como la espuma pero necesitaban ayudas para concretarlo ante la presión blanca que ejercen desde Madrid. Para ello, nada mejor que intentar despreciar a los rivales y afirmar estupideces varias sobre supuestos mensajes en forma de jeroglífico (por lo indescifrable) enviado por la prensa capitalina que, en su intento por animar a su propia entidad, recibe el castigo desde la ‘vecina’ tierra de dioses culés. La empresa iba camino de la gloria pero nadie contaba con el prestigio de su competidor blanco. ¿Entrará piscineros culés’ S.A en quiebra?