Hiddink dilata el 'cagómetro' culé

BARCELONA 0-0 CHELSEA





La pared blue no tuvo fisuras

Un mosaico, de esos que suelen intimidar a equipos pequeños, le tenía preparado el Camp Nou al equipo de Guus Hiddink. No estamos hablando de un club cualquiera sino de un estilo propio, inteligencia, fiable y tremendamente competitivo. Esto no era el Bayern y pese a que muchos en la ciudad condal lo creían, sólo hicieron falta unos minutos para comprobarlo y admitir que esto es Champions y este, un Chelsea experto en situaciones límite. El Barcelona, por lo acontecido, iba a sufrir para acabar una y otra vez enredado, enloquecido y alejado de cualquier lógica constructiva en su juego. Un choque de estilos.

Como la idea de los londinenses pasaba por buscar contras y jugadas a balón parado, nada mejor que estructurar al detalle su aspecto defensivo y dotarlo de un gran número de jugadores de batalla. Drogba quedó solo en la delantera, con la única misión de increpar a los centrales y ser referencia en balones largos. Tras él, cinco luchadores con mucho sacrificio y un rol lleno de compromiso, además de una línea de cuatro defensores que lanzaban una vez tras otra su idea de evitar que el Barcelona se acercara demasiado a su área. Línea adelantada y problema resuelto. Para cuando Pep notó que la táctica culé no era la adecuada, Alves ya perdía los nervios en batallas egocéntricas y Xavi hacía aguas en el fornido marcaje de su compañero de tareas Obi Mikel.

- FICHA TÉCNICA:

0 - FC BARCELONA: Víctor Valdés; Alves, Márquez (Puyol, m.50), Piqué, Abidal; Touré, Xavi, Iniesta, Messi, Eto'o (Bojan, m.82) y Henry (Hleb, m.87).

0 - CHELSEA FC: Cech; Ivanovic, Terry, Alex, Bosingwa; Ballack (Anelka, m.90 5), Obi Mikel, Essien, Lampard (Belletti, m.71), Malouda; y Drogba.

ÁRBITRO: Wolfgang Stark (ALE). Mostró cartulina amarilla a Alex (m.25), Ballack (m.29), Touré Yayá (m.37) y a Puyol (m.74)

INCIDENCIAS: Asistieron al encuentro 95.231 espectadores, en partido correspondiente a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el Camp Nou. Márquez se retiró en el minuto 50 por una lesión en la rodilla izquierda.

Un cabezazo de Etoo al poco de empezar el partido tras fallo garrafal de Cech, fue la acción más clara para los locales, perdidos en un mar de dudas con una posesión eterna sin profundidad alguna. Conducción del balón lenta, precipitación en movimiento y mucha ansiedad para alcanzar el área rival, reflejó el momento dubitativo de un Barcelona destrozado en su estilo. Poco antes del descasno, en medio de la nada y tras un estrepitoso error de Márquez, Drogba quedó solo en un mano a mano con Valdés donde el marfileño no sólo no supo concretar, sino que hizo lucirse al meta más bochornoso de toda la competición.


Las quejas azulgranas al árbitro, al que continuamente solicitaban mayor claridad con las faltas (incluso aquí los lloros tienen inmediata respuesta favorable), volvieron a complicar al Chelsea, que muy pronto aglutinó tarjetas. Sin embargo, Malouda sufrió un más que probable penalti que pasó inadvertido para todos y que hubiera puesto la eliminatoria muy desfavorable para un Barcelona sin ideas, roto en su ego y con la precipitación como seña de identidad.

Márquez baja, la desesperación sube

Y las cosas no iban a mejorar en exceso. Un cabezazo de Ballack nada más empezar la segunda mitad hacía preveer problemas y éstos, no se hicieron esperar. Un golpe que dejó ‘tocado’ a Henry, una lesión que aparenta gravedad de Márquez (que se fue en camilla y no jugará ante el Real Madrid) o varios abrazos con el césped de dos de sus más queridos fieles, Dani Alves y Messi, abrieron mucho más el partido pues no había continuidad en el juego.

Un arrancada de Etoo donde el camerunés no supo concretar ante Cech, animó los gritos catalanes desde un graderío que veía a su equipo incapaz de romper el esquema defensivo de su rival. Tanto enfrió el ambiente los continuos parones que el Barcelona terminó dando un paso atrás con Puyol sancionado de cara a la vuelta en Londres y con Guardiola tirando con cualquier cosa de su banquillo. Dudas aparentes y reflejadas en el césped, donde Etoo dejó su sitio incomprensiblemente ante Bojan, que por un día parecía la única alternativa respetable de un técnico que no confía nada en él y que le tiene la cruz marcada desde hace tiempo. Hleb, más de lo mismo en un vestuario azulgrana que parecía un cajón desastre, tampoco pudo dar una aletrnativa que rompiera el orden visitante.

Bojan desechó la más clara en el descuento, cuando Platini se lamentaba junto a Laporta de la desidia de un equipo que había cazado antes que nadie un 'triplete' histórico que se les vuelve en su contra. Hablar es gratis, vencer es muy caro.