"Será difícil si no logramos el objetivo (de jugar la Liga de Campeones). Por eso el club tiene que terminar como sea al menos en la segunda plaza", indicó el futbolista en una entrevista que hoy publica el diario "L'Équipe". Ribéry aseguró que no tiene cita con los dirigentes y que esperará al final de temporada para tratar su futuro.
La prensa italiana publica hoy que el Inter de Milán quiere hacerse con los servicios del centrocampista francés. El Baryern de Múnich es actualmente tercero de la clasificación alemana, a tres puntos del líder, el Wolfsburgo. El segundo puesto es sinónimo de clasificación directa para la Liga de Campeones, mientras que el tercero obligaría a los bávaros a pasar por una fase previa.
Ribéry reconoció que el equipo "no funcionaba bien" en las últimas semanas por lo que aseguró que se veía venir la destitución del entrenador Jürgen Klinsmann, sustituido por Jupp Heynckes. El francés afirmó que el objetivo del equipo debe ser ganar la liga, aunque "la prioridad del club y del nuevo entrenador es asegurarse la segunda plaza".
El centrocampista reconoció que su expulsión el pasado fin de semana por doble amarilla se debe en buena medida a la presión que está soportando el equipo.
"Estamos en un periodo complicado. El equipo duda, tenemos mucha presión y había mucha agitación entorno al entrenador. Mis dos amarillas estaban justificadas: estaba nervioso y nos ganaban, no podíamos remontar. Con la presión los nervios me traicionaron", dijo.
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