Los periodistas consideran la palabra "gitano" un insulto, y comparan la expresión con los gritos racistas que ha tenido que escuchar el delantero rumano de la Fiorentina Adrian Mutu en muchos estadios italianos. Sin embargo, el propio Mircea Lucescu, que no es gitano y trabajó como entrenador en Italia varios años, ha explicado al portal rumano Sport.ro que la expresión "gitano del banquillo" se utiliza en Italia para referirse a los entrenadores trotamundos.
"También Gus Hiddink y Walter Zenga son llamados así", ha asegurado el técnico del flamante campeón de la UEFA, que ha criticado la exagerada reacción de sus compatriotas. Pese a todo, el enfado en el país balcánico ha llegado hasta las más altas instancias y la embajada de Rumanía en Italia envió ayer una carta a "Il Giornale" en la que denunciaba su supuesta actitud racista.
"Refiriéndose de manera tendenciosa a la supuesta etnia gitana de un entrenador rumano, Mircea Lucescu, han insultado tanto al fútbol como a millones de aficionados rumanos y extranjeros", se puede leer en la misiva oficial. La palabra "gitano" es un insulto para la mayor parte de la sociedad rumana, que no acepta generalmente que los gitanos del país sean también rumanos y la creencia en el extranjero de que todos los rumanos son gitanos es motivo de gran enfado entre la población.
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