Hat-trick con la roja pensando en blanco

Villa se lució con la roja marcando tres goles en nueve minutos. Florentino y Valdano, a buen seguro, tomaron nota de su actuación. España fue muy superior y machacó (0-6) a los locales jugando a medio gas





Los partidos amistosos antes de las grandes citas no suelen concentrar gran interés. Ni para los aficionados ni, sobre todo, para los propios jugadores, que tras una temporada cargada tienen como victoria personal en estos choques el no caer lesionados. Eso sí, los 750.000 euros que ingresó la Federación Española por la pachanga suponen la mejor de las excusas para no decir que no.

En tiempos de mercadeo, cualquier detallito siempre suele ser utilizado por el club vendedor para encarecer su producto. Y España tiene muchos productos ‘vendibles’. Aunque algunos más que otros. Una de las estrellas del rastrillo soleado del verano, tiene pinta que será David Villa. El chico se vende. Y muy bien, por cierto.

Ficha técnica:

Azerbaiyán 0: Valiyev; Maharramov, Sadigov, Yunisoglu, Malikov; Shukurov, Abasov, Zeynralov, Huseynov; Subasic (Nadirov, m.46) y Achtyamov.


España 6: Casillas (Reina 46’), Arbeloa, Marchena, Albiol (Puyol 71’), Capdevilla (Sergio Ramos 46’); Xabi Alonso, Cesc (Busquets 46’), Cazorla (Güiza 69’), Riera; Torres, Villa (Xavi 46’).

Goles: 0-1 Villa (34’), 0-2 Villa (38’), 0-3 Villa (45’), 0-4 Riera (67’), 0-5 Güiza (70’), 0-6 Torres (87’)

Árbitro: Igor Ischenko (UKR)

Estadio: Tofik Bakhramov. Lleno. 40.000 espectadores.

La palabra gol en el mundo del fútbol tiene un valor incalculable. En Valencia dicen que por encima de los 50 millones, en el Madrid creen que menos. Con todo, tener a Villa en el equipo garantiza goles. Una palabra que en plural suena a música celestial para los aficionados. El ‘7’ de la roja garantiza pluralidades en el acto del gol. Con cualquiera de las camisetas que porte así ha sido, es y, sobre todo, tiene pinta que será.

En nueve minutos, los comprendidos entre el 34 y el 43, el asturiano mostró sus virtudes. A buen seguro que Valdano y Florentino radiografiaron cada movimiento y cada golito de su deseado. En el primero demostró su oportunismo estando en el lugar adecuado para clavar por la escuadra una asistencia de Arbeloa. En el segundo demostró su potencia y precisión con su teórica pierna mala, la izquierda, con un disparo que dejó helado al portero local. Y, en el tercero, aprovechó una de sus especialidades, el lanzamiento de penalti, para lograr el hat-trick. Un gol cada tres minutos. Y a descansar.

España se limitó a montarse en el Renault de Alonso y dejar pasar los minutos. Aún así los goles caían hasta sin querer. Azerbaiyán era mala hasta decir basta, y los de Del Bosque, sin arriesgar el físico, se limitaban a darle al torno de alfarero que se cocía en el centro del campo. Un pase en profundidad de Torres encontró la zancada de Riera que anotó el cuarto con la izquierda y precisión milimétrica al palo contrario de Veliyev, que se marchó inédito del partido y sin poder demostrar lo malo que se presupone que es.

La salida al campo de Sergio Ramos y Xavi le dotó de profundidad por banda al equipo de Del Bosque. Una combinación entre ambos dio con los huesos del madridista en la línea de fondo que, tras levantar la cabeza, encontró a Güiza que no faltó a su cita con el gol con la casaca nacional. Harto de Turquía y tras el adiós de Aragonés parece carne de nuestra Liga. Algún equipo lo agradecería. Como también agradeció Torres que Del Bosque no le sustituyera con anterioridad. Gracias a eso pudo mojar en una noche en la que parecía imposible que lo hiciera.

De esta forma, a medio gas, y sin apenas sudar, la selección Española demostró en Azerbaiyán que, además del pastizal para la RFEF, a los campeones de Europa no se les ha olvidado jugar al fútbol…ni a Villa, claro, marcar goles.