Alemania disputará la final del Europeo Sub-21 ante Inglaterra





El portero alemán le sacó dos goles a Motta en sendos remates de cabeza a saque de esquina y desvió varios tiros lejanos de los italianos, que estrellaron dos balones en los postes, uno de ellos en un disparo de Acquafresca a bocajarro que rebotó en un defensa. Y cuando no fueron ni Neuer ni la defensa apareció Marin para sacar bajo palos un tiro de Bocchetti a un minuto del descanso.

A pesar de las bajas de Marchisio y De Ceglie, Italia construyó su dominio desde su inédita línea de tres mediocentros, que ahogaron el juego alemán y sujetaron a Özil, muy bien marcado.  Giovinco se movió a sus anchas y sus combinaciones con Balotelli llevaron por momento el caos a la rígida zaga alemana.

Anulado Özil, al equipo de Hrubesch, que sorprendió colocando a Johnson de titular por la derecha, le quedaron pocos recursos en ataque, donde apenas inquietó a Consigli. Pero el golazo del lateral Beck, que se sacó un cañón desde 20 metros junto al palo, cambió el partido al inicio de la reanudación.

Alemania ganó en firmeza y confianza, Gonzalo Castro empezó a carburar en el medio e Italia ya no se acercó con la misma facilidad, pues ni Giovinco ni Balotelli gozaron de la libertad del primer tiempo. Fueron los alemanes los que empezaron a merodear con peligro el área de Consigli, pero sus acercamientos se quedaron en amagos.

Casiraghi movió pieza y dio entrada a Abate para jugar con un 4-4-2 y meter a Balotelli como segunda punta, lo que acentuó el dominio italiano, aunque sin demasiada claridad de ideas. Las jugadas a balón parado eran la mejor arma de Italia, pero Ben-Hatira sacó otro testarazo bajo palos de Andreoli, que luego cabeceó junto al poste, y Neuer desvió una falta de Balotelli.

Italia no tuvo siquiera la ayuda del árbitro, que no vio un posible penalti por mano de Boateng: ahí se acabaron las ilusiones de la "Azzurri", que al menos envió un mensaje de esperanza a su deprimida selección absoluta.