La Confecup acabó con el viaje de Kaká a Madrid

Punto final a la fiesta del fútbol





La conclusión oficial de la competición se produjo en torno a la medianoche del domingo, cuando el capitán de Brasil, Lucio, alzó la Copa que acreditaba a su país como ganador del torneo. En ese momento, la selección española ya estaba a punto de iniciar el viaje de regreso a casa. Pero los flecos de la Copa se iban a prolongar hasta la mañana del martes, fecha en la que Kaká viajaba a directamente a España, ya que no había viajado con el resto de la expedición brasileña a Sao Paulo poco después de la conclusión de la final.

El aeropuerto internacional Tambo de Johannesburgo era un hervidero en la tarde del lunes, ya que veinticuatro horas después de la final, el ambiente de fútbol no había desaparecido todavía de la principal ciudad de Sudáfrica. Jugadores como Julio Baptista, ex futbolista del Sevilla y el Real Madrid, se preparaban para viajar al igual que el técnico serbio Bora Milutinovic, que ha dirigido en la Copa de las Confederaciones a Iraq, de la que ha quedado desvinculado una vez ha finalizado su contrato con aquella federación.

Milutinovic señaló que está satisfecho del trabajo realizado y que no descarta la posibilidad de recibir alguna oferta para estar con otra selección en una cita mundialista, competición en la que es un verdadero especialista. Sin embargo, toda la atención se centró en Kaká, elegido mejor jugador del torneo y autor de dos goles, uno de ellos de penalti, que llegó a España sin dejar de sonreir, pero sin abrir la boca.

Kaká viajo junto a los periodistas españoles

Kaká en el aeropuerto se encontró con la sorpresa de que en su avión también viajaban varios periodistas de diferentes medios españoles. Situado en el avión unos asientos por delante del buen número de periodistas españoles que viajaban de vuelta a casa en su mismo vuelo, no tuvo inconveniente, tanto antes de partir como tras aterrizar, en hacerse fotografías con los seguidores del Real Madrid que coincidieron con él en las colas previas al paso por la aduana.

El vuelo llegó con una hora de retraso y el futbolista tenía prisa por alcanzar su destino a la espera de una jornada dura con revisión médica y presentación incluidas. Pese a ello, Kaká, que viajaba junto a su padre, no tuvo reparos en fotografiarse incluso con los responsables de seguridad que le acompañaban por su itinerario a través del aeropuerto de Barajas.

Toda la atención de las cámaras y los fotógrafos fue para Kaká, a pesar de que en el avión también viajaba Luis Aragonés, ex seleccionador nacional español. Aragonés regresaba de Sudáfrica justo un año después de haber alcanzado el título de campeón de Europa con España en la Suiza y Austria.

Hace justo un año, en la noche del 29 al 30 de junio de 2008, el equipo español festejaba el éxito obtenido tras ganar la final contra Alemania. Aragonés pasó la noche del primer aniversario de aquel éxito en un avión que sobrevolaba África y en el que todas las miradas estaban puestas en el que está llamado a ser uno de los dos astros del Real Madrid 2009-2010.