El protagonista de esta historia es Mata. El jugador está sonando estos días como posible refuerzo del Barça para la posición de extremo izquierdo. Y, al igual que pasó con el fichaje de Villa, el Barça ha empezado a comerle el coco al jugador antes de dirigirse a su club de origen, el Valencia.
A LLORENTE YA NO LE ENGAÑAN
El representante de Mata, que es precisamente su padre, ha anunciado que tiene una oferta del club culé por el futbolista asturiano de alrededor de 20 millones de euros. En Valencia las reacciones no se han hecho esperar y han desmentido la existencia de tal oferta. Llorente ya ha demostrado a lo largo del verano que no tiene ni un pelo de tonto, y no va a permitir que se negocie por algún jugador del equipo ché si no se dirigen antes a su persona o a Fernando Gómez, el director deportivo.
LAPORTA, UN EXPERTO EN MALAS ARTES
Los demás equipos de Primera División se han dado cuenta del doble juego de Laporta: te sonrío a la cara, te apuñalo por la espalda. Ya ha pasado este verano con Eto’o, que se ha tenido que ir por la puerta de atrás de un club por el que lo dio todo en los cinco años que jugó allí, y también con Villa, con el que negociaron en persona su traspaso al equipo de la Ciudad Condal completamente a espaldas del Valencia.
Este equipo no se merece unos dirigentes como los que tiene en la actualidad el Barça. Lo más curioso de todo es que, mientras ellos denuncian las cantidades pagadas por el Madrid en determinados fichajes (algo que no está prohibido en ningún sitio), ellos se dedican a negociar con los jugadores que aún tienen contrato en vigor (lo cual sí está prohibido por la FIFA). A ver si Platini toma cartas en el asunto.
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