Guardiola condiciona su futuro

Firmará una claúsula por la que la próxima directiva puede rescindir su contrato





La renovación del entrenador del Barça continúa estancada por decisión del preparador, para evitar que la negociación interfiera en lo que él considera importante en estos momentos, como es que la plantilla azulgrana se cierre definitivamente. Contratos por mejorar como los de Carles Puyol, Rafa Márquez o Lionel Messi, o fichajes por concretar como son los de un defensa o posiblemente un centrocampista, pasarán por delante de la determinación del futuro del preparador barcelonista, a petición suya.

NO RENOVARÁ HASTA QUE SE CIERRE LA PLANTILLA

La prudencia y nulo afán en acaparar el interés mediático llevará a Guardiola al punto de que está dispuesto a suscribir una cláusula en el nuevo contrato para que la próxima directiva, que surgirá en las elecciones del 2010, no se vea en la obligación ni compromiso de contar con él a partir del siguiente año. Cuando el Barcelona ponga punto y final a la actual plantilla, cuyo plazo máximo será el 31 de agosto, el club volverá a reclamar a Guardiola y a su representante para que se sienten en la mesa de negociación para cerrar un acuerdo de ampliación, hecho que también afectará a su segundo, Tito Vilanova.

GUARDIOLA PREFIERE SER DISCRETO

De hecho, la directiva barcelonista deberá resolver también unos premios prometidos al margen del contrato, que en su día el consejo barcelonista prometió al equipo técnico por el triplete que el Barcelona obtuvo la pasada temporada. Este celo en la discreción no es nuevo en el carácter de Pep Guardiola, pues existen episodios cuando fue jugador que, incluso, se le giraron en contra, como cuando pudo haber negociado un contrato en su último año como barcelonista a partir del 1 de enero y, para evitar especulaciones y molestar al Barcelona, prefirió guardar silencio. Posteriormente, una mala concreción en la palabra dada, impidió a Guardiola jugar en el Juventus y finalmente debutó en el Calcio con el Brescia, entidad en la que cumplió dos etapas, con un paso discreto por el Roma entre las dos.